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Una forma con la cual Salma Hayek le demuestra su amor a su hija Valentina Paloma, es haciéndole una sopa de fideo con caldo de pollo, pero tiene un secreto para hacerla más sabrosa.
"Agarro a martillazos al pollo, para que se le rompan los huesos y saque más nutrición, claro se quejan de los huesitos y la Valentina me dice, 'sí hazme mi caldito de pollo amartillado, pero conviértelo en mi sopita de fideo', eso es lo más mexicano en mi casa", compartió la actriz y productora mexicana.
Pero esta forma de demostrar su amor se ha dado ya en su etapa adulta, porque recordó que su mamá, la señora Diana Jiménez, cuando era una niña no le quería enseñar a cocinar, porque para ella Salma tenía talento para hacerlo y temía que después no quisiera salir de la cocina, y ella quería que su hija hiciera cosas más importantes que preparar comida.
"En ese momento no lo entendí, lo entiendo ahora, para ella eso no es todo para lo que somos buenas, pero también es una parte para mí de amar a mi familia, de estar en contacto con la tierra, cuando es comida mexicana, con mi tierra, con el derecho que tenemos las mujeres del placer, ese derecho que nos han cuestionado demasiado; y la pasión que surge cuando uno hace las simples cosas de la vida, la importancia que tiene cuando trabajamos con las manos y con los sentidos", expresó Hayek.
Es por eso que Salma comprendió tan bien el impacto que una historia tiene, como la escrita por Laura Esquivel, "Como agua para chocolate", entre las nuevas generaciones, que no dimensionan el significado que puede tener la cocina en una cultura como la mexicana.
Para Salma la escritora le dio al mundo una obra clásica, porque nunca va a pasar de moda, ya que toca temas como la verdad y la libertad; pero para ella lo interesante es la interpretación que los jóvenes le dan; por eso para la también productora, valió la pena darle una nueva vida a través de una serie, la cual se estrenará el 3 de noviembre por HBO y Max, en la que se descubra este universo femenino.
"La complejidad de los personajes que muestra la novela, es lo que enriquece la historia muchísimo, es un a historia llevada por mujeres que pocas veces en la literatura lo vemos, entonces estas damas adquieren un potencial enorme y una complejidad que tienen en su vida cotidiana, ellas están viendo hacia adentro, a ese palpitar, a ese cambio en la sociedad, y a ese empuje lo seguimos viviendo en nuestros tiempos", explicó la directora Analorena Perezríos, quien estuvo a cargo de la serie, durante la conferencia de prensa que se realizó el día de hoy para presentarla.
Si bien el contexto de la historia es la Revolución Mexicana, una época de cambio para el país, el cambio también se da en el interior de estas mujeres, según palabras de Hayek, es mostrar cómo siempre han tenido que luchar para tener una voz y el control de su destino, ellas formaron parte de la revolución, porque si no se iban a luchar tenían que defender sus casas y sus familias, y ver cómo les daban de comer.
"A veces se nos olvida la participación de la mujer en los conflictos políticos de los distintos países", expresó Salma.
Para contar esta historia a lo largo de seis capítulos, Salma convocó a un elenco destacado de actrices, encabezado por Irene Azuela, Azul Guaita, Ana Valeria Becerril, Andrea Chaparro, Ángeles Cruz, por mencionar algunas. Ella cuentan la historia de Tita, la hija menor de Mamá Elena; quien sueña con consumar su amor con el joven Pedro Musquiz, pero su madre tiene otros planes para ella, ya que por tradición Tita al ser la última hija, debe cuidar de ella hasta su muerte; entonces debe ver cómo el amor de su vida se casa con Rosaura, su hermana mayor, y todo su dolor lo desahoga en los platillos que prepara.
"Antes las mujeres estaban esclavizadas en la cocina, sin embargo Tita hace un arte de esa esclavitud y lo convierte en magia, en donde ella puede tener una voz y expresar lo que siente, y confrontar, aunque esté enclavado en el realismo mágico; a todos los demás con la situación que ella está viviendo", dijo Hayek, quien produce la serie.
Salma explicó que si bien, "Como agua para chocolate" es muy mexicana, también va dedicada para el resto del mundo, porque viene de una joya literaria y está interpretada por un gran talento, el cual busca que el resto del mundo vea.
"No es una serie inmensa si sólo hablamos de producción, es inmensa por el talento que trabajó en ella, porque realmente el presupuesto no fue tan grande como se piensa, se ve enorme por la pasión y el talento de todas las personas que trabajaron en frente y detrás de la cámara", dijo Salma.
La productora comentó que siente que hicieron trampa al elegir esta historia, porque la dramaturga Laura Esquivel realizó un texto tan rico de muchas maneras, que entre más se lee más se quiere saber de su mundo, y al elegir contar esta historia en la época de la Revolución Mexicana, le da a los personajes mucha tela de dónde cortar, entre ellos Mamá Elena, interpretada por Irene Azuela.
"El tema que tenemos con Irene es que es joven, pero nos da algo nuevo que yo no recapacité cuando vi la película de 1992, que es que esas mujeres en esa época comenzaban a tener hijos a los 15, 16 años, las casaban super jóvenes; entonces la tragedia de esta mujer es tomar toda la responsabilidad y que estar completamente sola. Su valentía y fuerza conmueven de otra manera y te hace ver una parte de la historia de esas mujeres, que yo no vi en la película hasta que llegó la interpretación de Irene, eso le da una riqueza a esta versión".
Salma no dejaba de destacar la calidad del talento joven, el cual dio vida a Tita (Azul Guaita), Rosaura (Ana Valeria Becerril) y Gertrudis (Andrea Chaparro), tres hermanas tan diferentes entre sí, pero que según palabras de la artista, le dieron un nuevo sentido a la trama.
"Esperábamos mucho de ellas, pero dieron todavía más", dijo la productora.
Una de las cosas que le gustó a Azul Guaita de interpretar a Tita, es que en esta versión es una mujer que no reprime sus sentimientos, le gusta mostrar el amor que siente pero también su enojo, y aunque obedece a su Mamá Elena, siempre defiende su punto de vista.
"Poder conectar con esas emociones y luego tener que aguantarlas, es como querer llenar un jarro que, tarde o temprano van a tener que salir unas gotitas; por eso es impresionante todo el trabajo que hicimos detrás para poder sacar todas esas emociones de Tita", expresó Guaita.
Por su parte Ana Valeria Becerril tiene en sus manos a una de las antagonistas de esta historia, Rosaura, la hermana mayor de Tita, un personaje que para su intérprete es un tanto incomprendido, porque lo único que busca es la aceptación, siendo una buena hija para su madre de la única manera que conoce, que es a través de seguir las tradiciones y las reglas que se le imponen.
"Es muy bonito pensar estos personajes e irnos un poco más atrás, para entender de dónde venimos, cuáles son las tradiciones que hoy defendemos tanto y que podemos pasar, y entender por qué nos está costando soltarlas, por qué están tan arraigadas, yo pensaba mucho si mi abuela o mi bisabuela pasaron por algo similar, y quizá con esa ficción puedo yo entender su propia historia y de paso la mía", expresó Ana Valería.
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