Hugo, la pequeña bola de pelos perruna que llena de amor a la familia de Lidia Ávila se perdió, pero gracias a un buen samaritano pudo volver a casa, sano y salvo después de una búsqueda incansable de tres meses.
“Se me perdió, se nos escapó y estuve buscándolo por todos lados pero apareció después de tres meses, me lo trajeron a la puerta de mi casa”, exclama la cantante.
“Lo que pasa es que la chica que trabaja con nosotros, que es parte de la familia, estaba en la calle con su bebé cerca del lugar de donde se nos perdió y de repente vio un perrito muy parecido y empezó a gritar: Hugo, Hugo y el perro empezó a voltear pero el que traía al perro dijo: ‘no, este no es Hugo’. Entre que no, que sí, ya le comentó cómo fue la manera que se nos perdió; luego el señor nos contactó y nos dimos cuenta que sí era Hugo Sánchez y lo trajo de regreso a la casa”, cuenta.
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