Rodrigo Prieto puso el despertador a las cinco de la mañana para ver en vivo el anuncio de las nominaciones al Oscar 2020, con la idea de que si su nombre no era mencionado en la categoría de Fotografía, volvería a la cama para seguir durmiendo. Pero resultó que por tercera ocasión Prieto entra a la contienda por la estatuilla, gracias a su trabajo en la cinta de Martin Scorsese, The irishman.
“Sobre que la tercera es la vencida, ojalá sea eso cierto, no soy supersticioso y sinceramente creo que será lo que tiene que ser”.
Rodrigo Prieto explicó que recibió la noticia en su casa de Los Ángeles, donde está descansando. Curiosamente, las dos nominaciones pasadas (por Secreto en la montaña (2005) y Silence (2017) lo tomaron por sorpresa y trabajando.
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“Ahora es disfrutar la nominación, principalmente porque es una película de la que estoy muy orgulloso, como de muchas otras que he participado, pero este trabajo es particular porque es una película importante para Martin Scorsese dentro de su filmografía”.
Pero algo que le decepcionó de estas nominaciones es la ausencia de Robert de Niro en la categoría de Actor, pues considera que brindó una actuación extraordinaria, dando vida a Frank Sheeran, un veterano de guerra que trabajó para la mafia italoestadounidense.
“Su actuación es sutil y profunda, además de emocional; Frank Sheeran no es una persona que va a estar públicamente llorando o con miedo, todas estas cosas se las traga. De Niro muestra una maestría y un virtuosismo impresionante al manejar esto”.
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Para Prieto, el Oscar no es una competencia porque en el séptimo arte no hay forma de competir con otro trabajo. Lo toma como un festejo que se comparte con los otros nominados, que esta vez son Lawrence Sher por Joker, Jarin Blaschke por El faro, Roger Deakins por 1917 y Robert Richardson, por Había una vez… en Hollywood.
“He visto el trabajo de los otros nominados y me parecen buenas selecciones; quedan otras películas con extraordinaria fotografía pero que no fueron nominadas. Todos son muy buenos trabajos y me siento honrado de estar en este grupo, será divertido compartir con ellos los festejos”.
The irishman significó para el egresado de Centro de Capacitación Cinematográfica un reto personal.
“Fue una especie de examen final, requirió todos mis conocimientos y experiencia porque es un guión complejo, con escenas diferentes, locaciones variadas. Obviamente es simulado pero hay que hacer que parezca auténtico, que el espectador se sienta en los 70”.