En Televisa y en Azteca no le hicieron caso; no daba el tipo para los personajes que había en 2005, recuerda Memo Villegas. Entonces se refugió en el teatro y la comedia hasta que en 2019 un policía, el Teniente Harina, descubrió su movida: convertirse en actor.
Villegas se hizo conocido por el sketch del policía que trata de diferenciar entre harina y cocaína en el canal Backdoor de YouTube.
Con más de 77 millones de vistas del sketch hasta ahora, hoy se ha ganado el cariño del público y el respeto de sus colegas de la industria del entretenimiento.
Lo mismo para hacer cine que series para streaming o doblaje, el actor suma a su historial 29 proyectos ligados.
“El objetivo era estar cerca del medio, más que intentar lograr algo. Sin duda, el Teniente Harina me puso en el ojo de la industria de una manera más clara, también ante el espectador, y de ahí vinieron un montón de protagónicos, así que a Backdoor —canal de comedia de YouTube— y a este personaje les debo mucho”, explica Memo en entrevista.
Es así que a sus casi 37 años, los cuales cumple el 25 de junio, comenzó a ser uno de los actores más solicitados, algo que le sorprende pero que, reconoce, no fue planeado por el histrión.
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“Me gusta pensar que no hay un objetivo fijo, siento que es demasiado difícil ponerse uno como, ‘quiero ganarme un Oscar’. ¿Para qué? nada más vas a sufrir. Yo me quedo con lo que va pasando, disfrutando y navegando así, conforme la vida me va llevando”.
El éxito que está viviendo no fue algo que llegó de inmediato en su carrera. Cuando en 2005 él decidió dejar Toluca para venir a la Ciudad de México a estudiar actuación, se dio cuenta que las cosas no serían tan sencillas y no podría dedicarse de lleno a la actuación.
“No pensaba ser actor de televisión, no sabía que iban a existir una plataforma que se llamaba Netflix o Amazon, cuando yo llegué sólo existían Televisa y TV Azteca y yo no tenía cabida ahí porque en la televisión antes se seguían unos estándares de belleza muy violentos. Si no medías 1.80 o eras güero pues no tenías un lugar, entonces un tipo mexicano sólo podía aspirar a un papel de mecánico o de asaltante”.
Encontró en el teatro el espacio para él, hasta que poco a poco se le comenzaron a abrir las puertas del cine y las series. Su golpe de suerte se dio en 2019 haciendo sketches en Backdoor, canal que lo lanzó a la fama, permitiéndole romper con los esquemas de belleza.
“Sí sigue habiendo ciertos estereotipos, pero definitivamente hemos avanzado, hoy en día hay más abanico para todos. A mí me encanta lo que he hecho hasta ahora como las comedias románticas, que estaban un poco ligadas al tipo de belleza hegemónica”.
Y es que la fama o el dinero nada tienen que ver con el concepto de éxito que tiene Memo, ni tampoco codearse con la élite del medio artístico de México.
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“Yo creo que la tranquilidad, la paz y la conjunción del bienestar son el éxito, porque de nada sirve tener dinero o ser el protagonista de un montón de proyectos si en tu vida personal las cosas no están bien. En mis inicios estaba muy feliz haciendo teatro, ahí me sentí exitoso como ahora, por divertirme y no deberle nada a nadie”.
Memo asegura que no ha permitido que los halagos se le suban a la cabeza.
“A veces te quieres contagiar de cosas que escuchas, como cuando se refieren a ti como ‘el talento’, como si los demás no lo tuvieran, este tipo de cosas que se generan en la industria siento que es lo que genera que los actores se trepen al ladrillo o hagan más difícil el trabajo, pero sólo somos actores, veo mi chamba como una más y le echo todas las ganas”.
En menos de un mes Memo ha estrenado dos historias, las películas "Garfield: Fuera de casa", donde presta su voz al famoso gato glotón, y "V de Víctor", en la cual interpreta a un boxeador retirado.
Hoy, llega al público otro de sus trabajos, la serie "Profe infiltrado", para la plataforma ViX, con ocho episodios a la plataforma de Televisa Univision.
Su personaje es Julián Pérez, un hombre soñador que nunca ha conocido otro mundo que el de la delincuencia, aunque quiere convertirse en escritor. Por azares del destino, termina colaborando con la policía para descubrir una red de contrabando de electrodomésticos, haciéndose pasar por un maestro de educación física.
Si bien la serie es una ficción de comedia, pone sobre la mesa diversos temas como el hecho de que los jóvenes en México muchas veces no tienen más opción que repetir la forma de vida de la gente de su entorno.
“La serie no tiene la intención de ser una denuncia social, pero si en el entretenimiento hay identificación y eso ayuda a que el espectador disfrute más el proyecto para mí es misión cumplida”.