A un año de la muerte del primer actor , su legado sigue estando presente en la industria del entretenimiento en donde logró consolidar su carrera como actor y ser un referente hasta los últimos días de vida.

El artista fue un ícono de la Época de Oro del cine mexicano, pero también de la televisión y del teatro. Uno de sus trabajos más emblemáticos fue en “Macario”, primer filme mexicano en ser nominado a un en la categoría de Mejor película en lengua extranjera.

“Hace mucha falta, su ausencia es muy fuerte, se le recuerda por muchas cosas y cada evento siempre es motivo para recordar todas sus virtudes, todos sus aciertos, toda su carrera maravillosa”, dijo en fecha reciente su hijo Juan Arana, en entrevista.

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López Tarso trabajó con grandes como Salvador Novo, Julio Prieto, Seki Sano, Sergio Magaña, Rodolfo Usigli, Celestino Gorostiza, Álvaro Custodio, Joseph Papp.

Así como Alejandro Jodorowsky, Roberto Gavaldón, Luis Buñuel y con Leonora Carrington, entre otros. Además fue amigo de Xavier Villaurrutia, quien le abrió las puertas de la Escuela de Arte Teatral de Bellas Artes para que comenzara su carrera.

“Nacho adoraba a los jóvenes, decía que ahí estaba el futuro de México, tanto en el gobierno, los diputados y los actores. Es un ejemplo para todos, enfermo a veces salía y decía ‘no digas que estuve en el hospital’”, comentó Luz María Aguilar.

En todo momento, Ignacio López Tarso vivía con la nostalgia de la mejor etapa del teatro en México, en los teatros del IMSS, en la década de los años 60.

Llegó a interpretar a personajes como Edipo Rey, Hipólito, de Eurípides; Moctezuma II, Nezahualcóyotl, Cyrano de Bergerac, Juan Pérez Jolote, Tomás Moro, Macbeth, Francisco Gabilondo Soler.

Hizo obras de teatro como: “Don Juan Tenorio”, “El Rey se muere”, “Un hombre contra el tiempo”, “Un Picasso”, “El Cartero”, “12 hombres en pugna”.

En la televisión actuó en “El derecho de nacer”, “Senda de gloria”, “Imperio de cristal”, “Esmeralda”, “Amor prohibido”, “Amores con trampa” entre otros melodramas, también llegó a tener una participación especial en el programa “Médicos, la línea de la vida”, en el 2019.

Siempre estuvo activo, en el 2019 cuando tenía 94 años hizo una temporada de la obra “Aeroplanos”, junto a El loco Valdés y protagonizó “Una vida en el teatro”, con su hijo Juan Ignacio Aranda.

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Recibió un homenaje en Bellas Artes

Fue el 11 de marzo del 2023 cuando falleció el histrión a los 98 años de edad, luego de que llevaba una semana hospitalizado, en la colonia Roma de la Ciudad de México, a causa de una neumonía y una oclusión intestinal.

Durante sus últimas horas de vida estuvo semiinconsciente, al padecer insuficiencia renal, cardiaca y pulmonar. Casi no se quejaba en sus últimos años de vida, excepto cuando decía que no podía escuchar bien las obras de teatro a las que asistía o cuando tenía achaques que hacían que tuviera que visitar al médico.

Al día siguiente, el 12 de marzo, recibió un homenaje en Bellas Artes con el cuerpo presente en donde seres cercanos dieron algunas palabras de cariño para él, recordaron anécdotas y hablaron del legado que dejó. Una porra de “Macario, Macario, ra ra ra”, se escuchó en todo el lugar.

“Nos hizo creer que era inmortal, este mismo recinto no había sido inaugurado cuando vio la luz por primera vez”, dijo en ese entonces Alejandra Frausto, titular de Cultura.

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melc

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