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¿Recuerdas lo que ocurrió el 11 de marzo? La Organización Mundial de la Salud calificó el brote de Covid-19 como pandemia. Este anuncio marcó el inicio de una serie de decisiones tomadas a nivel mundial para quedarse en casa con el fin de ralentizar la propagación del virus.
El 2 de abril, casi la mitad de la humanidad estaba confinada, sin poder salir a la calle, más que para cubrir necesidades esenciales, como comprar comida o ir al médico.
Sin embargo, el hecho de vernos confinados ha traído consigo algo más inesperado, al hacernos redescubrir el valor intrínseco de nuestro hogar y la necesidad de cuidarlo. Nuestro hogar dejó de ser simplemente el lugar donde dormimos y nos relajamos entre distintas actividades sociales para revelarse como lo que realmente es: La clave para satisfacer nuestras necesidades,el lugar para conectar con nuestra familia y con nuestra esencia original.
El confinamiento nos ha forzado a cancelar los viajes y las actividades al aire libre. También nos ha ahorrado los desplazamientos diarios hasta el lugar de trabajo, brindándonos más tiempo para dedicarlo a nuestros hogares.
Personalmente les confieso que como profesional de los eventos, sentí terror al ver detenida toda la industria de la que tantas personas vivimos y donde disfrutamos las celebraciones para nuestros clientes. Acostumbrada cada semana a trabajar en eventos y bodas mi creatividad se sentía estancada y comencé el proyecto At home, una mesa de brunch, con un tema de decoración diferente que hacía cada sábado de cuarentena.
Les cuento esto porque ahora veo claramente que celebrar en casa es una tendencia global que llegó para quedarse, las personas se interesan cada vez más en crear en su hogar pequeñas o medianas celebraciones, ya hemos visto cómo miles se han volcado a hornear pan, aprender a hacer reparaciones o crear espacios nuevos en casa y es una manera positiva de ver el aislamiento porque ofrece la oportunidad de adquirir y consolidar nuevas habilidades que refuerzan la autoestima.
Mientras nuestro bienestar mental se ve amenazado por el aislamiento, celebrar en casa es un escape y una modalidad más económica durante estos tiempos difíciles y ocuparnos de nuestros hogares nos ofrece una válvula de escape para la creatividad, en lo que el mundo vuelve poco a poco a la nueva normalidad.
Recordemos que mejorar el hogar y celebrar en el hogar, parece ser una actividad innata del ser humano. Prueba de ello es el hecho de que está firmemente enraizada en la historia humana: incluso en una época tan lejana como la Prehistoria, los cavernícolas sentían la necesidad de ocuparse de sus «hogares».
Será parte de reinventarnos, porque suena complejo que como seres humanos viviendo siempre en sociedad, nos olvidemos de celebrar con alegría y júbilo…. Aun en tiempos de pandemia.