Espectáculos

El filme más barato de la historia llega a salas

Verde, azul o café trata sobre un hombre que trabaja en una empresa aduanal y es tentado para robar

El actor Frank Rodriguez era el más experimentado del set. Foto: Homosapiens Distribución
19/05/2023 |00:00
César Huerta Ortiz
reportero de la sección EspectáculosVer perfil

Hace dos años, con la cuarta ola de Covid-19 en auge, Erick Blackmer logró disponer de 30 mil pesos para realizar su ópera prima como director, a la que muchos no le veían gran futuro.

Para hacerla, puso su propia casa como locación y, por amistad, su elenco integrado por el debutante José Luis Medrano, Liz Sandoval (Insignis) y Marimar Espinosa, agarró la brocha para pintar las paredes del color que requería la historia.

Tampoco había un guión como tal, sino una escaleta que visualizó con los actores para contar una historia de humor negro sobre un hombre que trabaja en una empresa aduanal, y es tentado por su amigo para robarse mercancía.

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Esta semana, contra todo pronóstico, si uno se adhiere al manual de hacer cine, la cinta Verde, azul o café llega a salas comerciales de México, entre ellas las ubicadas en la capital, Guadalajara y Durango.

“La hicimos con lo que teníamos, un par de cámaras, muchas ganas y amistad. Fue de decir: vamos a hacerla entre todos y salió”, comenta Blackmer.

Los 30 mil pesos requeridos para Verde, azul o café la convierten en la película más barata del cine nacional en llegar a pantalla grande. El único antecedente era ¿Dónde están sus historias?, de Nicolás Pereda en 2007, que tuvo una cifra similar de liquidez, pero con otras condiciones económicas del país.

Fueron 17 días de rodaje en el que cada uno de los participantes puso a disposición su salario. Todas las noches el realizador revisaba los planos secuencias que se habían hecho durante la jornada, a fin de planear lo que se haría al día siguiente.

“Teníamos los pilotes (escaleta) para contar la historia, pero era construir los personajes con los actores, eso ayudó para sembrar todos los elementos que al final se iban a usar”, comenta.

“El pudor para convencer a los actores de pintar y montar el árbol de Navidad (época en que se desarrolla la historia), se acabó porque nos juntamos y como somos amigos fue decir que lo hiciéramos todos y a ver qué salía”, agrega.

Frank Rodríguez era el experimentado del largometraje. Cuando fue invitado su primera reacción fue de duda, por la falta de dinero. Ahora es quien está impulsando a Blackmer para que siga con la misma línea, pues encontró un mercado interesante para el cine.

“Un día, sin conocerme, alguien me apoyó y pensé por qué no hacerlo ahora con él. Después de casi dos años tomamos la película”, considera.

Cinemagic es la cadena exhibidora que creyó en la película para ponerla en la palestra, Cinemex la tendrá exclusiva.

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