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San Diego.— Los trazos de Andreas Deja nos han cautivado sin darnos cuenta, su arte está en los nuevos clásicos de Disney que marcaron la infancia de muchos de nosotros: "La sirenita" (1989), "La bella y la bestia" (1991), "Aladdín" (1992) y "El rey león" (1994).
En una era en la que lo digital domina, la animación hecha de dibujo a mano se niega a morir. El artista de 66 años lleva diez de ellos impulsando su proyecto personal: un cortometraje de 30 minutos titulado Mushka (2023), en el que además de rescatar esta técnica artesanal, busca hacer una reflexión sobre la naturaleza. El proyecto representó seguir la tradición de animación de dibujo a mano que le atrapó desde su infancia.
“Fue sorprendente haber sido parte de lo que llamaron, en su momento, el renacimiento de la animación. Nunca me ha dejado de fascinar este arte y por eso quiero seguirlo honrando y explorándolo”, dice Deja en entrevista con EL UNIVERSAL frente a un boceto de Mushka, su tigre protagonista, hecho con trazos de crayón.
Ya retirado de las filas del departamento de animación de Disney, Andreas Deja financió por sí mismo este cortometraje para el cual ha trabajado con un equipo de animadores: Courtney Dopaola, Andreas Wessel-Therhorn, Aidan Terry y Steve Gordon.
Además, lo apoyaron productores independientes que apostaron por su visión artesanal, con la que ya sueña en un Oscar.
“El libro de la selva (1967) fue la primera película de Disney que vi, tenía 10 años y eso cambió mi vida. El tigre Shere Khan estaba dibujado de una manera muy realista, también las cualidades del actor que le dio la voz, George Sanders. Su calidad gráfica era muy hermosa”.
“Tal vez Mushka (el tigre de esta historia) venga por mi fascinación por Shere Khan. Aunque en el caso de mi cortometraje es distinto, porque este tigre no habla. Es un animal real. Mi meta era mantener las cualidades animalísticas; pero también encontrar los rasgos humanos en este tigre”, cuenta.
El corto está situado en Siberia, sitio que tiene los tigres más grandes. Ahí sigue a la niña Sarah (voz de Helena Avid Perez), quien encuentra a un cachorro en el bosque a quien bautiza como Mushka y crece una amistad después de llevarlo a los confines de su hogar.
“Me inspiré en series de la televisión en las que los humanos lidiaban con animales, como Flipper (1964-1967), Lassie (1954-1973) y Las aventuras de Rin Tin Tin (1954-1959). Estas historias estaban en mi cabeza cuando me di cuenta de que Mushka necesitaba tener a Sarah a su lado para crear un lazo afectivo. Ella sería una niña inocente y valiente que estaría frente a un animal potencialmente peligroso”, explicó el animador.
Deja acudió a la leyenda Richard Sherman, co-compositor de canciones clásicas de filmes como Mary Poppins (1964), Las aventuras de Winnie Pooh (1977) y la mismísima El libro de la selva, para realzar el lado emotivo de Mushka.
A pesar de estos recursos, jamás tuvo la intención de remover el lado salvaje de su protagonista felino: “Sarah se entera de que hay cazadores que ponen en peligro a Mushka y debe ayudar a que él pueda regresar a su hábitat. Esta es una historia que también reconoce la imposibilidad de que la niña y el tigre puedan estar por siempre juntos y subraya la importancia de saber decir adiós, dejar ir por el bien del otro, aunque nos duela”, enfatiza el realizador, quien define a su filme como melancólico.
Con un mensaje ecologista y editado su sonido en el Skywalker Sound, de las producciones de Hollywood, Deja asegura que su misión es enfatizar el poder de la magia de la animación en papel: “Nuestros dibujos tienen colores tipo agua que emulan a crayones, sus trazos no son todos terminados y parecen escapar. Hay una sensación vibrante dentro de ellos que le da mucha vida y espontaneidad”, considera el artista.