Hay algo en lo que el director aleman Edward Berger se identifica con Alfonso Cuarón: ambos luchan por dejar en claro que en los Oscar ya no sólo reinan las películas en inglés.
El director de la cinta "Sin novedad en el frente", la segunda más nominada a la próxima entrega de estos premios, dice orgulloso: “Mi cineasta mexicano favorito es, definitivamente, Alfonso Cuarón”, pues tras su triunfo en 2018 con la cinta ROMA dejó claro que no importa la nacionalidad en Hollywood si la película es buena.
“A ROMA nadie la vio como una película mexicana, simplemente la vieron como una buena película con una fuerte identidad nacional por parte del cineasta, entonces creo que eso se vuelve más importante, eso es lo principal: que haces una película personal y luego realmente no importa de qué país eres, la gente lo siente, sabe cuando tienes una necesidad real de contar tu historia y eso es grandioso de ver”, dice Berger en entrevista con EL UNIVERSAL.
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En su caso, sintió de forma personal la necesidad de contar una historia sobre el lado oscuro de la Primera Guerra Mundial, donde su país, Alemania, fue uno de los principales involucrados. "Sin novedad en el frente" es una película disponible en Netflix que ya antes ha sido adaptada del libro homónimo y biográfico del veterano de guerra Erich Maria Remarque, que se encontraba entre las lecturas prohibidas y quemadas en la Alemania nazi.
“Para mí siempre fue una novela alemana muy importante, desde que la leí por primera vez, cuando tenía 15 años. Y de repente lo sentí como una gran oportunidad para hablar sobre el pasado de Alemania y la responsabilidad que conlleva, con la vergüenza, la culpa y el terror que trajo Alemania al mundo. Lo sentí como una oportunidad para expresar y contar todo lo que hemos heredado”, cuenta.
Se adaptó en 1930, ganó dos Oscar y después, en 1979. Esta vez, el cineasta creyó pertinente traer el relato antibélico por el difícil panorama social y político que enfrenta hoy el mundo.
“Cuando empezamos, en 2020, había muchos parlamentos como EU e Inglaterra enfrentando el Brexit (proceso de salida de Reino Unido de la Unión Europea). Estaba Trump en EU, Viktor Orbán en Hungría, partidos de derecha en ascenso en Francia y una derecha en Polonia y Alemania, entonces en toda Europa de repente hubo partidos que cuestionaron las instituciones que nos habían traído la paz durante 70 años, como la UE (Unión Europea) y entró un tono muy antagónico en estos parlamentos; ahí reconocí que no hemos aprendido mucho de lo que leemos en los libros de historia, así que pensé que era una película muy oportuna”.
“Es una película que está destinada a que la gente la vea, se la lleve a casa y hable con sus amigos al respecto, y eso ayuda a recordarnos las cicatrices que Alemania trajo al mundo y cómo generó cicatrices para las generaciones venideras”, acepta.
Con la guerra entre Ucrania y Rusia como panorama actual, Edward prefiere ser respetuoso del tema, pero cuenta que ha recibido noticias sobre los soldados de guerra que han podido ver su película, lo cual para él significa un logro.
“Me alegra saber que en Ucrania los soldados están viendo la película e informan que les parece muy, muy real. Creo que reconocen sus vidas en esta película y me siento muy honrado por eso. Pero no me veo como un mensajero social, sólo puedo hablar de Alemania y su papel en el mundo y la historia”.
Desde que recibieron la noticia de las nueve nominaciones al Oscar tanto él como el equipo de producción han estado incrédulos con la idea, pero lo valoran como una oportunidad de dejar el mensaje antiviolencia desde esta ventana internacional.
“Cuando escuché sobre eso (las nominaciones) fue como una ola de suerte y alegría que nos invadió. Nunca pensamos que una película como la nuestra pudiera ser reconocida así”.
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