Ni Gonzalo Vega, el amor de su vida, logró que priorizara su vida personal por encima de la música, no fue sino hasta que se embarazó de su, que tomó la decisión de pausar su carrera para criar de su pequeña, sin embargo, cuando volvió a cantar, no obtuvo el éxito al que estaba acostumbrada.

Dulce debutó como cantante en la década de los sesenta y, desde un principio, obtuvo el reconocimiento de la audiencia, que sorprendida por su virtuosidad vocal, la posicionó como una de las baladistas más importantes de su época.

Y, si bien, desde sus principios, Dulce probó las mieles del éxito, fue cuando se asoció con Luis Mircoli, productor discográfico y su exesposo, que su carrera despuntó con temas como "Lobo".

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Dulce y el argentino se casaron el 11 de julio de 1984 y, casi un año después, en 1985, la cantante se embarazó, sin tenerlo en sus planes, sin embargo, fue una noticia que la pareja recibió con júbilo, pese a que eran conscientes que todo cambiaría en la carrera de la intérprete de "Tu muñeca".

"Era una cosa deseada por Dulce y por mí, en el momento que se dio la noticia, por supuesto, estábamos muy contentos, felices, sabíamos que era un momento en su vida en el que estaba en el pico de su carrera, y que eso representaba un cambio de responsabilidades, pero se tomó con mucha alegría", dijo Mircoli en "Historias Engarzadas".

Y aunque ya todo mundo sospechaba que la cantante estaba embarazada, esperó hasta el sexto mes de gestación, que su viente comenzó a abultarse, para oficializar la noticia.

"Trabajé hasta el seis mes de embarazo porque tenía muchos compromisos, pero a nadie le dije que estaba embarazada, absolutamente a nadie, para evitar los comentarios y que te estén observando", dijo la cantante, en ese mismo programa.

Fue entonces que la oriunda de Matamoros tomó la decisión de pausar su carrera para enfocarse por completo en criar a su hija, por lo que se alejó de los reflectores por una década; a los estudios de grabación se mantuvo más cercana, pues lanzó tres álbumes de boleros, de los que no hizo ningún tipo de promoción.

Dulce reconocía que, con la llegada de su hija, enfocó todo su esfuerzo en cuidarla y amarla, pues todo lo demás perdió importancia, hasta su propio matrimonio.

"No trabajé, 10 años me retiré para cuidar a mi niña, nada más hacía discos, lo grababa y me regresaba a Cancún, no hacía presentaciones, no hacía shows, me dedicaba a mi hija, o sea yo quería vivir para mi hija, bueno... hasta el marido me estorbaba, ¿me entiendes".

En esa época, el periodista Miguel Ángel Arritola constató el gran amor que la cantante sentía por Romina.

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"Romina es el amor de su vida, por Romina respira, por Romina trabaja, Romina es su todo, ese receso de Dulce fue muy bueno para ella".

Fue mientras se retiró de la música que su esposo le pidió el divorcio y luego de que este se hiciera efectivo, en 1994, la cantante planeó su regreso, a sabiendas que las baladistas ya no estaban de moda.

Dulce reconoció en su momento la dificultad a la que se enfrentó, afirmando que fueron sus fans cautivos quienes posibilitaron que su carrera siguiera en pie.

"Había que reinventarse y había que apechugar el golpe que los tiempos habían cambiado, sí hubo un cambio muy fuerte, lo sufro más que las otras, porque yo me fui, las otras se quedaron, pero todas pasamos al mismo cajón, las baladistas sobrevivimos con mucha dignidad, nos rescata la calidad, regreso y, lógicamente, no hay trabajo, vuelvo a la lucha, Dulce tiene ahí un público que siempre la esperó, que la quiso, pero ahora es sostenerse, más que otra cosa", reconoció.

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melc


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