Ser un artista teatral en Francia y en México no es lo mismo; mientras que en el país europeo existen apoyos e incentivos para manifestarse, en México esa industria suele tener problemas severos para sobrevivir.

Por eso, muchos de los allegados de le cuestionaron, hace 20 años, por qué decidió dejar la comodidad del primer mundo e instalarse en México. Su respuesta es digna de su profesión: no buscaba estabilidad sino poder expresar desde su arte la desigualdad del mundo... y México está colmado de esas contradicciones.

“Me fui de Francia con la sensación de que el teatro que yo buscaba era de una generación anterior, entonces llegué a México y encontré un territorio de exploración donde se podían hacer tantas cosas que quizás en Europa no eran tan sencillas”, dice el actor en entrevista.

La violencia, el consumismo, el odio y el perdón, entre otros temas, ha abordado desde septiembre de 2001, cuando fundó la compañía Teatro Sin Paredes , que este mes cumple 20 años. Entre sus obras, destacan “La excepción y la regla” (2006), “Emigrados” (2008), “La inauguración” (2011), “Humboldt México para los mexicanos” (2015), “Los náufragos” (2016).

Además, la compañía ha abierto sus puertas a actores como Carlos Cobos (QEPD), , Gerardo Taracena, Enrique Arreola, Silverio Palacios, Hernán Mendoza y Norma Angélica, entre muchos otros.

“Intentamos hacer un teatro vigente, que tenga que ver con lo que sucede en la realidad nacional, el arte no puede apartarse de lo que sucede en el mundo exterior, eso me dio México y le dio sentido a lo que quería hacer”, comenta.

El artista teatral que prefirió dejar Francia para hablar de la desigualdad en México
El artista teatral que prefirió dejar Francia para hablar de la desigualdad en México

Propuestas sin eco que dicen mucho

Uno de sus campos de trabajo son las zonas marginales del país, donde el arte y la cultura casi nunca llegan; en 2018, por ejemplo, la compañía ideó un proyecto teatral sobre participación ciudadana, criticando la compra y coacción del voto, con el cual visitaron varios municipios del Estado de México, donde habían detectado cierta apatía de la gente en colaborar con su comunidad.

David considera que, por su naturaleza, esta es una actividad artística; como otras, fue poco visible tanto para las autoridades como para los medios de comunicación.

“Pero es una forma de sentirnos en reacción en un mundo y un sistema con el cual no estamos de acuerdo, y que ha generado mucha desigualdad, los artistas debemos y tenemos que estar también muy conscientes de ello y tratar de aportar piedras a ese edificio de construcción de una sociedad igualitaria”.

El fundador de Teatro Sin Paredes calcula que se han realizado alrededor de mil actividades de teatro por el país, con unas 300 personas de asistencia como media, por lo que considera que cerca de 300 mil personas han visto sus 30 montajes de repertorio, siendo los más concurridos los que abordan temas como el machismo, la violencia y la migración.

“Si al 1% de espectadores le ha generado algún cambio, algo habremos aportado. El teatro que nosotros hacemos no recae en la satisfacción de hacer sino en la necesidad de hacer; es generar un teatro que pueda tener un impacto, que pueda conectar con la gente, con las problemáticas que aquejan a la sociedad en general, aunque su llegada sea menor, porque el teatro es un arte dedicado muchas veces a una minoría, esto es lo que nos anima aún después de 20 años”.

El artista teatral que prefirió dejar Francia para hablar de la desigualdad en México
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Celebran en el escenario

La compañía conmemora dos décadas en el Foro de las Artes, lugar donde debutaron hace 20 años, con la puesta en escena “Tártaro, réquiem de cuerpo presente por el niño que aprendió a matar”, que se presentará hasta el 26 de septiembre.

La obra atraviesa la trayectoria de vida de un joven como hay miles en nuestro país, que no tuvo otra opción para sobrevivir que nutrir las filas del crimen organizado, siempre ávido de nuevos reclutas procedentes de los extractos más vulnerables de nuestra sociedad.

“Fue casual que sucediera en el Foro de las Artes, pero es afortunado estar en el mismo lugar que hace 20 años. Elegimos hacer ‘Tártaro’ porque habla de una problemática fundamental en nuestro país, es una especie de ensayo sobre el origen de la violencia, ahí hay un fenómeno social gravísimo de nuestro país y que lo ha hundido en una guerra silenciosa, con esta obra queríamos acercarnos al ser humano que hay detrás del sicario”.

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