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La intensidad del sol, los efectos embriagadores de la cerveza, un día previo lleno de emociones y las expectativas de lo que está por venir, han hecho que el arranque del segundo día de actividades del Corona Capital se dé con tranquilidad, con baja afluencia en los distintos escenarios, y un público que sólo aprovecha el arranque para beber cerveza o descansar antes de que sean el momento que se presenten las bandas principales.
En el escenario Vans, Ekkstacy apareció para romper con la quietud y comenzar a poner ambiente con su característica voz aguda y, simultáneamente, profunda, una batería agresiva, de la cual no se entendía el ritmo de tantas pulsaciones, y una guitarra melódica que, de pronto, puso al público a bailar.
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Pero entre esas letras tristes, lo que predominó en el público, fueron los vestidos color pastel, de las fanáticas que querían ver a Melanie Martínez, mujeres que con vestidos de todo tipo desde algunos casuales, formales, hasta otros mucho más cercanos a las películas de princesas, bailaban al ritmo del punk, mientras esperaban por Melanie una de las principales artistas de esta tarde.
Ellas, listas para el electro pop, pero también para el dark pop, pero sobre todo listas para integrarse a la narrativa conceptual de la cantante estadounidense.
Aunque el color negro no dejó de estar presente, sobre todo por los fanáticos de New Order que ya presumen sus playeras con logos de Joy División, o el rostro del fallecido vocalista Ian Curtis, quién fue el frontman de la banda predecesora de New Order.
Todo converge en el segundo escenario en importancia del festival, donde Ekkstacy cierra con un poco de post-punk mientras la tarde sigue cayendo, y el sol comienza a ceder en intensidad.
melc