Pedro Miranda es un fotógrafo oaxaqueño ciego, de 41 años, que ha exhibido su obra no sólo en México, sino también en Cuba y Chile.
Tuvo el sentido de la vista hasta su adolescencia, cuando comenzó a padecer una debilidad visual severa que terminó en ceguera total.
Su historia inspiró al director Jorge Curioca para realizar el documental Iluminados, con el que buscó que los artistas como Pedro no sean vistos con lástima, sino que se admire su trabajo.
“Una parte de mi familia paterna cree que existe una maldición”, dice Pedro al inicio del documental Iluminados, que desde hoy se proyecta en la Cineteca Nacional.
En el largometraje Miranda relata que su tía Elsa era una niña cuando una anciana le dijo que moriría al cumplir los 16 años, y se cumplió.
Cuando él nació toda su familia relacionó su lunar en la frente con la vena que se le notaba a su tía también en la frente, al punto que muchos de su familia piensan que se quedé ciego por esa maldición.
“Curiosamente cuando yo descubro que soy ciego total, tengo 16 años”, añade en la película.
Durante dos meses Pedro fue seguido por el cineasta Jorge Curioca, quien años antes se había interesado en ese mundo que no forma parte de lo tradicional.
Primero conoció a una vidente que le hizo replantearse cosas como el destino, “algo que le voló la cabeza”; años después otra le comenzó a platicar sobre la existencia de artistas visuales que carecen del sentido de la vista.
Entonces tuvo la idea de juntar, en un proyecto cinematográfico, tanto a Pedro como a la vidente quien finalmente optó por no estar, quedando en su sitio una especialista llamada Iris Palau.
“La idea era explorar la delgada línea que divide a lo visible de lo invisible, era tener a personas que ven donde la mayoría no vemos”, destaca el cineasta en entrevista.
Como parte de una experiencia sensorial para el público, se realizarán funciones de Iluminados más allá de lo tradicional. En cines, como el Tonalá el próximo 27, el documental contará con audiodescripción, a fin de que pueda ser disfrutado por las personas ciegas. En otros habrá una experiencia olfativa, en fechas y lugares por definir.
“Queremos que la gente tenga una experiencia extendida, lamentablemente no se pueden hacer muchas porque se acaban los kits (para función especial), pero es una nueva manera de ver una película”, indica el director.
El filme estará también disponible, en funciones tradicionales, en la Casa del Cine en la Ciudad de México y la Cineteca de Nuevo León, para luego seguir en sedes como el IFAL de la capital mexicana.