Madrid.— La hinchada del Cruz Azul es una de las más apasionadas del futbol mexicano: el equipo ha perdido seis finales de liga y tres campeonatos internacionales, y aún así, sus fanáticos siguen fieles a los colores de la institución.
Pero donde algunos ven una racha de mala suerte, el realizador Carlos Batiz ve algo más: “Entiendo que a veces haces todo bien y al final lo echas a perder, pero tantas finales de liga perdidas y tres de campeonatos internacionales. Eso no es normal”, dice en entrevista.
Junto con Carlos Carrera, Batiz se adentró durante tres años en lo sucedido con la Cooperativa Cruz Azul, dueña del equipo y la cementera, cuyos exdirectivos son perseguidos desde 2020.
Lo anterior quedó plasmado en su documental Azul oscuro, azul celeste, que presentó en Madrid dentro del pabellón Stage México, que busca la distribución de proyectos nacionales dentro del evento Iberseries & Platino Industria.
En fuera de lugar
El conflicto de la cooperativa Cruz Azul estalló entre julio y agosto de 2020, cuando Billy Álvarez, exdirector general de la cooperativa, renunció tras más de 30 años en el cargo, acusado de lavado de dinero.
Tras la denuncia formal, la cooperativa se dividió en dos bandos, uno de los cuales incluso pidió el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Es una lucha que lleva más de 13 años, pero coincide con el mandato de AMLO. Si no es por una mañanera, y que el presidente dijo que era momento de acabar con esa relación corrupta, esto no avanza”, considera Batiz.
Al momento, la disputa ha dejado incluso muertos, una honda división interna en la Cooperativa y la toma de varias plantas que han sido recuperadas, a excepción de la de Tula, Hidalgo.
“Yo tenía una ilusión, el final de mi guión era que entregaban la planta de Tula y que los Álvarez estaban en la cárcel, y no ha pasado ninguna. Entonces tuvimos que buscar otro tipo de final, pero podríamos ampliar capítulos”, dice.
Marca personal
El documental busca presentar varias aristas en torno a la institución, desde la historia familiar de los Álvarez, Billy y Fernando, como el recorrido histórico del equipo.
Lejos de generar una crítica, Batiz quiere que este trabajo sea un retrato de la fortaleza de la institución, que pese a todos los conflictos continúa adelante.
“Es una afición que ha aprendido a gustar del dolor. Para que tú quieras a alguien lo tienes que conocer, y yo creo que cuando vean lo que es Cruz Azul y lo que ha vivido la gente que está en Cruz Azul, lo van a adorar”, afirma Batiz.
“Van a entender que el equipo de futbol no es negocio para la compañía, al contrario, pierde dinero, pagan unos sueldos impresionantes, tienen unas instalaciones increíbles porque para la comunidad Cruz Azul, el equipo es su alma”.