La sala de la casa familiar de Erik Neville fue el espacio donde hace más de dos décadas se gestó el grupo de rock y pop ; después, una bodega en el jardín se convirtió en un espacio más privado para ensayar, y desde hace tres años es un estudio en forma donde esta banda mexicana da sus primeros pasos en lo que puede ser su futuro, la producción musical.

“Todo el tiempo hemos querido hacerlo, la verdad es que es algo muy bonito y nos moríamos de las ganas; de hecho, el estudio fue prepandemia y lo montamos con esa intención, poder grabar nuestro disco por primera vez en un estudio propio (ahí se grabó su álbum Trascender)”, explica Erik.

Neville comenta que los miembros de DLD decidieron abrir las puertas para que grabaran otros grupos, produjeran ellos o no, como una forma de aprovechar el tiempo libre que la pandemia les generó, debido a que no hay conciertos presenciales ni masivos actualmente.

“No hubiéramos podido hacer esto de otra manera porque normalmente estaríamos de gira, por eso dijimos: ‘vamos a empezar con el proyecto ahora’, algo que teníamos planeado para después de terminar toda promoción de nuestro último álbum Trascender, pero ahora tuvimos oportunidad de trabajar con ellas a tiempo completo”.

Erik explicó que la pandemia llegó justo cuando iban a comenzar la gira de su último álbum llamado Trascender, cuya primera fecha se realizaría después del Vive Latino (14 al 16 marzo de 2020) pero debido a la contingencia tuvo que ser cancelada y la presentación del álbum no se realizó.

“Hemos invertido ese tiempo de una manera productiva, pero definitivamente el plan A no era ese sino estar completamente de gira en este momento. No vamos a estar esperando que pase la pandemia como tal, entonces vamos a seguir trabajando, seguiremos produciendo bandas aquí en el estudio, componiendo temas, que es lo más importante porque queremos un nuevo disco. Ahorita dejamos de vernos por el semáforo rojo, pero esperamos en un mes empezar ensayos y seguir haciendo música, que es lo que nos gusta, trabajo hay”, expresa.

Aunque no está en los planes a corto plazo el retiro del grupo, sí han pensado en explorar otras facetas, según explica Erik, por eso han comenzado a dedicarle tiempo a su estudio para equiparlo, no sólo para beneficio de DLD sino también para sus colegas consagrados y emergentes que quieran trabajar en “el búnker”, como lo llaman.

“Este espacio ha sido parte importante de la carrera de DLD en general, porque tener un espacio donde siempre puedes ensayar, donde no molestas a los vecinos, que es algo que genera conflicto en las bandas, ha servido para que sucedan muchas cosas creativamente. Esto es un plan que nos hace muy felices, porque nos permite dejar las bases para ir mutando, porque evidentemente vamos a estar produciendo y nos ayuda ganar tiempo porque así, cuando tengamos un espacio, hay que seguir trabajando con otras bandas”, señala.

Guitarras Fender, dos baterías, alrededor de 20 bajos, pedales análogos para guitarras y bajo, teclados de última generación, una cabina con lo necesario para la grabación y hasta un espacio para que puedan relajarse y tomar una pausa del trabajo, con videojuegos incluidos, es lo que hay en el búnker, donde Francisco Familiar (voz), Edgar Pijey Hansen Otero (bajo) y Erik Neville (guitarra) pasan la mayor parte del tiempo, ya sea solos o con las agrupaciones con las que trabajan.

“La hemos pasado increíble y ha sido compartir el tiempo en este lugar al que tanto cariño le tenemos, porque todo lo que hay aquí es de todos, es nuestro santuario”, añade.

Una de las cosas que Erik asegura han cuidado es que los grupos no pierdan su esencia si ellos intervienen en la producción, lo mismo si sólo se presentan para grabar en el estudio, ambas cosas son interesantes para ellos, porque conocen las propuestas que nuevas agrupaciones traen y que se está generando en el medio de la música.

“Hay que hacer esta parte que normalmente hacemos después de la gira, que es la de grabación, la de estudio, que también es bonita porque estás con tus amigos compartiendo y componiendo. Ha sido muy divertido y muy padre, la gente nos ha buscado porque les gusta la banda y respeta lo que hacemos”.

Desfile de estrellas

Figuras como María Barracuda, El Gran Silencio y hasta la Sonora Santanera han pasado por este estudio y Erik señala que a pesar que no son las instalaciones más modernas, porque “el búnker” está en una casona vieja de Satélite, les gusta trabajar ahí por el ambiente que éste ofrece, que es como si estuvieran en casa.

“Hemos estado trabajando con Mutoc, que es una banda de Satélite, y acabamos de trabajar con otra que se llama Jam y es de Morelia, que igual nos buscaron porque les gustaba mucho nuestra música y querían grabar con nosotros desde hace tiempo y ahorita se acomodó todo para que lo hiciéramos”, dice Erik.

Así, el grupo trabaja mientras se reanudan los conciertos.

“Hemos sido de los afortunados, no nos podemos quejar, la verdad es que el año pasado tuvimos tres shows digitales, dos de marca y un autoconcierto, creo somos de los menos raspados en nuestro gremio, pero de cualquier manera nos afectó”, reconoce.