Su atractivo le ha abierto caminos en la industria, pues arrancó su carrera en certámenes de belleza —en 1978 quedó en el segundo lugar como señorita Distrito Federal e incluso décadas después posó sensualmente para la revista Playboy—, pero su talento y carisma la han mantenido en la industria.

Lourdes Munguía encontró su vocación por la farándula desde muy temprana edad, cuando era una niña inquieta que gustaba de imitar a las misses de la escuela: “trataba de recrear sus voces y cómo me regañaban, me gustaba estudiar los rasgos de cada una, ahí empezaba a imitar un personaje y a actuar desde chiquita”, recuerda en entrevista con EL UNIVERSAL.

Pero esta chispa creativa fue aumentando con los años, no sólo en la actuación, sino en el baile, tanto así que hoy, a sus 63 años, ha demostrado que la edad no es una barrera para seguir adelante, como lo demostrará en la obra de teatro Lagunilla mi barrio, en el , en el personaje de Doña Lancha, con el cual sustituye a su amiga , quien interpretó este papel durante más de año y medio.

Lee también:

Durante sus más de 46 años que ha estado activa laboralmente, ha demostrado su versatilidad tanto en personajes en cine y series; ha incursionado en la comedia en programas como La hora pico, Relatos macabrones y también tiene un extenso currículum en telenovelas, hasta estuvo encerrada en el reality Big brother VIP.

Para ella, la clave de la continuidad no es tan compleja: mantenerse activa, quererse mucho y hacer oídos sordos a las críticas, algo que ha sido su prioridad, más ahora, en tiempos de redes sociales.

¿Ha ido a La Lagunilla?

Claro que sí, me ha tocado filmar por ahí, la gente nos apoya muchísimo y a veces participa en algunas escenas. Cuando era, “corte, a comer”, todos nos íbamos a los puestos, pero las salsitas de ahí sí saben ricas. No me da miedo caminar por esas calles o en Tepito, de ese tipo de miedos no tengo, porque sé que la gente que sigue mi carrera se convierten en mis ángeles guardianes.

¿Y a qué sí le tiene miedo?

Soy miedosa de las películas de miedo, alguna vez vi El exorcista y me volvió miedosa, nada más la alucinaba. Aunque debo confesar: le tengo miedo a los pollitos, a las aves, tengo ornitofobia, por ejemplo, aquí (en el teatro) se meten de repente pajaritos y me da miedo que se vayan a acercar, me gustan, pero de lejos, son preciosos los pájaros como el quetzal con todos sus colores, pero que por aquí papaloteen, ¡no, por favor!

¿A la muerte le tiene miedo?

Respeto, pero no miedo. Ahora voy a hacer La Llorona, a finales de octubre, entonces ahí tengo que jugar con la muerte y retarla, vamos a estar en Puebla el 26 y de ahí a algunos pueblos. Hay que respetarla.

¿Cuál es su fórmula de vida?

Vivo intensamente y disfruto todo porque se nos va acortando el camino para adelante. Entonces disfruto cada día, sobre todo mi salud, el estar bien, hago mi ejercicio, como muy bien, disfruto porque quiero tener salud para seguir en lo que me gusta: bailar, saltar, actuar y viajar.

¿Y cuál es su mayor aprendizaje?

No tomarme nada tan en serio: la vida te quita una cosa y siempre te da otra. Hay que buscar tu camino porque cuando aprendes a recibir todo se da fácil; a veces estamos luchando porque se dé una cosa como tercos y no se da, en lugar de decir, ‘no se dio’, y voltearse.

¿Se considera feminista?

Sí, porque la mujer tiene un papel muy importante en la vida, siempre hay que tener la bandera puesta.

¿Cómo quiere ser recordada?

Con una buena vibra, ojalá que como un ser de luz.

¿Algún consejo a los jóvenes?

Es importante que no pierdan el tiempo en quejarse, es más, que la queja no esté en su boca, que agradezcan todo lo que sucede, siempre es experiencia que hasta de los fracasos se aprende y que no dejen nunca sus sueños caer, que vayan tras ellos.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios