Los intereses privados se convirtieron en un factor determinante que impidió la demolición del Plaza Condesa después del terremoto de 2017. Este evento amenazó la estabilidad estructural del lugar, conocido por albergar una variedad de conciertos.
El primer dictamen, emitido el 21 de diciembre de 2018 por el Instituto de Seguridad de las Construcciones, identificó al recinto como un sitio de "alto riesgo de colapso" debido a las fallas en los dos edificios circundantes gestionados por Ocesa. A pesar de esta evaluación, el Plaza Condesa continuó operando hasta el año 2020.
El documento especificaba: "El edificio central que alberga las instalaciones de la sala de espectáculos, aunque no presenta daños derivados del sismo, supera los valores de desplazamiento reglamentarios y se encuentra entre los dos cuerpos mencionados anteriormente (edificios colindantes), por lo que también se considera de alto riesgo".
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Adicionalmente, los dos edificios adyacentes al Plaza Condesa evidenciaron debilidades tras el movimiento telúrico, con áreas interiores abandonadas debido a grietas visibles. Se identificaron problemas fundamentales en uno de los cuerpos que sostenían la estructura.
Sin embargo, la alcaldía Cuauhtémoc decidió cerrar las puertas del recinto en mayo de 2021, a pesar de la oposición de la iniciativa privada, que tenía programadas fechas hasta 2022 en el lugar.
Tras dos peritajes adicionales en 2020 y 2023, ambos concluyendo con la recomendación de demoler el edificio, las labores de comenzaron en febrero del año pasado. A menos de un año desde el inicio de los trabajos, la estructura del Plaza Condesa ha sido derribada por completo, dejando atrás el espacio donde desfilaron reconocidas bandas como Blur, Caifanes, Porter, Patti Smith y el cantante Morrissey.
La publicación de un usuario en redes sociales, mostrando cómo luce actualmente el espacio donde antes se encontraba el Plaza Condesa, generó lamentos por parte de los usuarios.