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Todo comenzó cuando a mediados de año, Juan Carlos Carrasco soltó en Facebook que estaba en busca de buenas historias para convertirlas en película, lo que generó algunas reacciones en contra por considerar que eso no era algo profesional.
El director de Santos peregrinos y El amor no puede esperar siguió adelante, sabiendo que era una buena forma de encontrar material fresco y novedoso, a cuyo llamado respondieron varios escritores. Entre ellos, se encontró el texto de Barbie girls, obra teatral de Mario Cantú, que le gustó y decidió adaptar.
Y el mes pasado, junto con Paola Ramones (La leyenda de los chaneques), María Islas (No manches Frida) y la actriz colombiana Andrea Morron (Dios sabe cómo hace sus cosas), la llevó al set bajo el título Buenas para nada.
“Básicamente es la historia de tres chavas que se conocen desde niñas y que pierden sus recursos monetarios, así que deciden robar un restaurante para cumplir sus sueños. Pero no pasa eso, porque la vida cambia y pues pasa otra cosa. Es una comedia de humor negro”, ahonda Carrasco.
Buenas para nada, filmada durante una semana bajo el esquema independiente, apenas y costó menos de un millón de pesos realizarla, pero porque la compañía del cineasta ya cuenta con material propio como cámaras, luces, equipo de edición y de posproducción, entre otros elementos.
“Soy de las personas que prefiere hacer una película así, con mis amigos desde hace años, a quejarme porque no me den 20 millones de pesos. Yo no vivo de hacer películas, sino que doy clases, hago videos corporativos y así sobrevivo”.
Amigas dentro y fuera del set
Paola, hija del conductor Adal Ramones, interpreta a Ana Sofi, una chica que sólo sabe estar con sus amigas y discutir con ellas; María es Regina, una chava despistada y Andrea es Vale, la líder del trío.
En la escena a la que tuvo acceso EL UNIVERSAL, en un restaurante capitalino, están disfrazadas como Jacqueline Kennedy Onassis, exprimera dama de Estados Unidos; la difunta princesa de Gales, Lady Di; y la cantante pop Lady Gaga, respectivamente, para llevar a cabos sus planes y no ser reconocidas.
“Algo padre es que sí nos llevamos bien en la vida real, no tenemos que fingir la amistad y a cada una le quedó como anillo al dedo el personaje”, considera María.
Sobre la trama, Andrea adelanta divertida:
“El secuestro que se ve es uno hecho por unas tontas, que ni ellas (los personajes), sabían que iba a funcionar, pero les sale”.
“Hay algo de acción, se verá mucho la amistad que hay, pero también los traumas de cada una de ellas, se verán las aspiraciones que tienen, que son materiales”, dice por su parte Paola.
Buenas para nada ya se encuentra en fase de posproducción y el director Carrasco comenta que se esperará a tenerla terminada para comenzarla a mover entre distribuidores interesados.