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christian.leon@eluniversal.com.mx
¿De qué manera un violín podría congregar en un mismo recinto a más de 10 mil personas? La respuesta es: sólo si es tocado por las manos de David Garrett.
El músico alemán de 38 años llegó la noche del viernes de nueva cuenta al Auditorio Nacional para ofrecer un show como parte de su tour Explosive, en el que conjuntó melodías conocidas de artistas pop con una parte más clásica sin olvidar sus creaciones musicales.
Antes de iniciar el espectáculo, afuera del Coloso de Reforma, miles de personas se congregaban, incluso el tránsito de gente para accesar al Auditorio era tal, que no faltaba quien iba pasando por Reforma y ante el tumulto preguntaba: “¿quién va estar?” Cuando la respuesta era David Garret, quien preguntaba desconocía de quien se trataba, pero de inmediato lo buscaba en Internet.
Aunque para algunos peatones era extraño que un violinista conjuntara a tantas personas, para quienes se encontraban dentro del recinto Garret es un rock star al que cada vez que llega al país hay que llegar a ver, pero sobre todo a escuchar y disfrutar.
Dos horas bastaron para que el músico de 38 años volviera a enamorara a los mexicanos con un repertorio que inició en punto de las 20:45 horas y que se conformó de 26 canciones.
El concierto inició con Garret pasando por entre las butacas del Auditorio tocando “This is what it feels like”, a la cual siguió “Dangerous”, a las que precedieron “Superstition” original de James Brown, y “Viva la vida”, de la agrupación británica Coldplay.
“Hola México, he vuelto y quiero que tengamos una noche divertida aquí hoy”, dijo el artista, quien despertó la euforia de los fanáticos con cada una de sus intervenciones.
El poder hipnótico que tenía Garret durante la velada era palpable, no necesitaba cantar, no necesita tener un cuerpo de bailarinas, ni siquiera requería un despliegue de tecnología, sólo eran él, su violín, algunos músicos y un juegos de luces que giraban sobre el escenario.
Sus manos hacían lo que su voz no, su inseparable violín era el encargado de reinterpretar grandes éxitos de personalidades como Prince, a quien dijo idolatrar y admirar, por ello reinterpretó muy a su manera el éxito “Purple rain”.
La velada, que se dividió en dos actos, también estuvo conformada por otros populares temas como “Live and let die” de Guns ‘N Roses, “Killing in the name of” de Rage against the Machine y “Fix you” del grupo Coldplay.