Con prácticamente seis años de trayectoria, el grupo Daniel me estás matando considera que sigue en una curva de ascenso en el que ha tenido que sortear las dificultades de los cambios del gremio del entretenimiento y lo que implica ser una banda independiente.
“Cada vez es más difícil la industria de la música porque somos más proyectos, entonces la competencia puede ser complicada, lo que es más fácil es que ahora puede existir un proyecto independiente gracias a las redes sociales y que tú lo puedes hacer con tus propias manos desde tu casa”.
Los músicos afirman que ahora no se necesitan grandes presupuestos, como antes en una disquera.
“Un álbum costaba una cantidad estúpida de dinero, ahora no es así, se puede hacer de otra forma, esa es la gran ventaja que nosotros hemos encontrado”, señaló Iván de la Rioja en entrevista con EL UNIVERSAL.
En febrero de 2018 nació este dueto al que también pertenece Daniel Zepeda y después de picar piedra durante este tiempo, el 30 de noviembre cumplirán su sueño de debutar en el Auditorio Nacional.
En este concierto los músicos presentarán los temas de su más reciente disco al que titularon Cómo arruinarte la vida que salió al mercado el 3 de noviembre, el cual, dijeron, les costó más tiempo e inversión económica.
“Nos acercamos a un lado menos ligero, más denso a nivel emocional, sin tratar de perder la esencia de lo que somos, tanto la portada como las canciones tienen un concepto de nostalgia”, indicó Zepeda.
La dupla expresó que le interesa que los artistas en general hagan música genuina, no sólo para subirse a las tendencias del momento, aunque no descartan hacer una colaboración con algún artista de corridos tumbados.
“No me gustaría hacer un reggaetón porque está de moda, si llega un reggaetonero que nos cae increíble y quiere hacer una fusión estaría chido porque es su onda con lo que nosotros hacemos, pero nosotros mismos nunca haríamos este género; nos encantaría hacer un dueto con Peso Pluma, Natanael Cano o Junior H”.
El nombre de Daniel me estás matando nació por el azar, pues colocaron tres nombres en un bowl y éste fue el que salió.
“Queríamos que el nombre sonara dramático porque hacemos música muy relacionada a la época del cine de oro, a las telenovelas, a la cultura en general, como los boleros, necesitábamos un nombre así”.