La cultura es el único camino que podrá volver a unir a las personas, así lo considera Daniel Drexler, en referencia a lo que están viviendo países sudamericanos como Chile, Argentina, Venezuela y Bolivia, entre otros.
El hermano menor (por cinco años) de Jorge Drexler, quien se encuentra en México para presentarse mañana en el Foro del Tejedor, siente que son la música, el arte, la educación y la ciencia los elementos fundamentales para evitar o calmar los movimientos sociopolíticos que en esta época se viven en el cono sur del continente americano y en todo el mundo.
“La importancia de la música y el arte en general es atemporal, obviamente que los tiempos de crisis toman una relevancia todavía mayor, pero yo concibo al arte como un método también”, dijo Drexler.
Daniel considera que las personas que tienen contacto con el arte, con la cultura y con los aprendizajes tienen muchísima más plasticidad para adaptarse a cualquier tipo de cambio o necesidad, tienden a ser menos violentas, y también tienden a ser más empáticas.
Por eso el cantautor uruguayo, que presentará su disco titulado UNO en el recinto de la colonia Roma, siente que su arte pone un granito de arena a todo una maquinaria para que los procesos de cambio se hagan pacíficamente.
“Me gustaría pensar que mi arte se inscribe dentro de un movimiento más grande que es la importancia que tiene el arte para nuestra especie y en particular para nuestros pueblos que no logran salir de este círculo de frustraciones que vienen por derecha, por izquierda, por centro”, señaló.
Para Drexler la única salida es a través de la educación, a través del arte y de la ciencia.
“Es la única forma que tenemos para salir de ahí, mirándolo con esa óptica, bueno yo vengo a traer ese granito de arena también y a ver si ayuda”, señaló.
Para el intérprete de “Mariposas” y “Salvando la distancia”, el apellido Drexler no es un impedimento o una obligación para llegar al éxito, sino que para él ha sido una bendición y lo considera un regalo de la vida tener tres hermanos que son como sus mejores amigos.
“Al principio me asustaba porque se te abren puertas, sin lugar a dudas llama la atención el apellido, pero después hay que estar a la altura. Yo tengo la tranquilidad que una vez que entren a escuchar lo que hay adentro van a ver que hay contenido”.