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Cuando recién le dieron el papel, Daniel Craig sintió que algo estaba mal. “Tienen al tipo equivocado”, le dijo a los productores. Pero Barbara Broccoli y Michael Wilson insistieron. No, él era el indicado. Él era James Bond.
Craig, entonces actor en ascenso, nunca tuvo la ambición de interpretar a James Bond.
“Me sentí increíblemente halagado y profundamente confundido, simplemente sentí que no era la persona adecuada”, recordó Craig en una entrevista.
Quince años y cinco películas después, el actor termina su reinado como James Bond. "No Time to Die" (Sin tiempo para morir), que se estrena el viernes en Estados Unidos tras un retraso de 16 meses debido a la pandemia, es el último hurra en la celebrada era de Craig como Bond, un recorrido en el que recaudó más de 3 mil millones de dólares en taquilla. Una vez etiquetado como el “Blond bond” (Bond rubio), Craig resultó ser un éxito rotundo.
“Dio sus frutos con creces”, dijo Broccoli. “Es realmente extraordinario. Lo ha reinventado para el siglo XXI. Exploró la vida interior de Bond”.
Pero, ¿lo habría hecho de haber sabido en lo que se estaba metiendo?
"No Time to Die", dirigida por Cary Joji Fukunaga, es, con certeza, el último turno de Craig en el esmoquin. Después de la entrega anterior, Spectre de 2015, Craig había sugerido que prefería cortarse las venas antes que hacer otra. El costo físico y el compromiso de tiempo de cada película lo estaban desgastando.
“Esa llamada a casa en la que marco para decir que estoy lesionado, que estoy en el hospital, no es una linda llamada telefónica, y ha sucedido mucho a lo largo de los años”, ríe.