Anoche, el estadio Wembley de Londres se convirtió en escenario de un capítulo memorable tanto para los seguidores de Taylor Swift como para los devotos de la realeza británica. La estrella estadounidense hizo su debut en la capital, con la presencia del príncipe de Gales, Guillermo y sus tres hijos: George, Charlotte y Louis.
Durante el cumpleaños número 42 del hijo mayor del Rey Carlos III, los miembros reales sorprendieron al público al mostrarse con una actitud relajada y festiva. Guillermo fue visto bailando con entusiasmo "Shake It Off", sonriendo y disfrutando junto a sus pequeños, mostrando una faceta más despreocupada de su habitual protocolo real.
El día culminó con una selfie que Taylor publicó en Instagram donde aparece junto al esposo de Kate Middleton, los príncipes George y Charlotte, así el novio de la artista Travis Kelce. En el pie de foto, Swift escribió: “Feliz cumpleaños M8! Los shows en Londres comenzaron de manera espléndida”.
Aunque la fotografía generó gran sensación en las redes sociales, lo cierto es que la conexión entre la intérprete de "Lover" y William no es algo nuevo, ya que tienen una historia de encuentros memorables. En una ocasión, la artista logró convencer al príncipe para que cantara con ella "Livin’ on a Prayer" frente a una selecta audiencia, acompañados por la leyenda Bon Jovi.
En noviembre de 2013, se llevó a cabo la Gala benéfica de Invierno Blanco en una carpa ubicada en los jardines del Palacio de Kensington, un evento que atrajo a diversas personalidades influyentes. Durante la velada, se produjo un momento único: el heredero al trono apareció en el escenario junto a las dos estrellas de la música.
Años después, William recordó en un podcast aquel momento especial: “No puedo creer que esté contando esto. Estaba sentado al lado de Taylor Swift. Ella a mi izquierda. Después de que Jon cantase su primera canción, hubo una pausa y ella se volvió hacia mí. Puso su mano en mi brazo, me miró a los ojos y dijo: 'Vamos, Guillermo. Vamos a cantar’”.
“Todavía hoy no sé qué me pasó. Honestamente, incluso ahora me siento avergonzado por lo que pasó después y no entiendo por qué cedí. Pero, francamente, si Taylor Swift te mira a los ojos, te toca el brazo y te dice: 'Ven conmigo…’, me levanté como un cachorro y dije: 'Sí, está bien, me parece una gran idea, te seguiré’”, concluyó.