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Crear un payasito con un garrafón de agua, un cohete espacial con una caja de cartón o una cancha de futbol con papel de colores origina recuerdos invaluables en las personas. Para Alma Gómez, mejor conocida como "Cositas", es la razón por la que, aun en medio de la tecnología, sigue luchando para rescatar la unión familiar y la creatividad en varias generaciones.
“Es muy bonito ir a comprar una tarjeta pero es más lindo cuando tú en una hojita de papel dibujas algo, tratas de escribir un pensamiento lindo, le pones tus huellas, es algo invaluable”.
"Cositas" explica que es muy importante no dejar a un lado el desarrollo de las actividades motoras, un elemento vital para el crecimiento de los niños.
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“Yo no estoy peleada con la tecnología, al contrario, es un recurso importante para aprender, investigar, pero hay que saber cómo tomar un lápiz, colorear, estrujar un papelito... estas habilidades son la base para muchas otras, como la escritura, el desarrollo del movimiento”, detalla.
La maestra de educación preescolar saltó de las aulas a la televisión a finales de los 80.
“Mis hijos estaban en una escuela en donde su maestra pertenecía a la producción de un programa infantil que necesitaba a una persona que hiciera actividades manuales porque en ese programa, que se llamó Carrusel y luego Arcoíris de imaginación, se presentaban varios personajes, así que me dijo”.
Alma comenta que aunque su primera respuesta fue un no, debido al miedo que sintió de no encajar dentro de los estereotipos de la televisión, decidió ir a la entrevista con una caja de manualidades; a la producción le gustó y se quedó.
“No me quedó claro si ya tenían el nombre o si al momento de ver mis cosas se les ocurrió, pero así inició esta aventura”.
Influencer del correo postal
El éxito de "Cositas" fue tal que recuerda que le llegaban cartas por montón, porque en los 90, cuando salía en las cápsulas del Canal 5 y luego en su programa, "El espacio de Cositas" no existían las redes sociales.
“Recibí una llamada de un niño que estaba hablándome en secreto para pedirme ayuda porque decía que en su casa lo maltrataban y no sabes para mí qué impotencia era no poder intervenir directamente. Yo le decía: ‘acércate a alguien, coméntale a tu maestra, a un tío’”.
También animó a una niña que se encontraba muy enferma y sin ganas de vivir, visitándola en el hospital.
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