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El rey Carlos III, actualmente disfrutando de sus vacaciones de verano en Escocia, ha demostrado una vez más su profundo vínculo con sus antepasados a través de su bebida favorita: el whisky escocés. En una visita a John O’Groats, Wick, Escocia, Carlos III inauguró la 8 Doors Distillery, una destilería de whisky continental que revivirá la tradición de producir el primer whisky escocés del pueblo desde 1837.
El monarca, luciendo con elegancia una falda escocesa de tartán a pesar del clima frío y lluvioso, fue recibido por los propietarios de la destilería, Kerry y Derek Campbell. Juntos, revelaron una placa conmemorativa encima de un barril de esta bebida, marcando este importante hito en la historia de la destilación de whisky en Escocia.
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La inauguración de la destilería no solo resalta la pasión del rey Carlos III por el whisky escocés, sino también su compromiso con la sostenibilidad y la conservación ambiental. Durante su visita, el monarca aprendió sobre la visión sostenible de la micro destilería, que busca obtener suministros de manera local y reutilizar los recipientes de acero inoxidable utilizados en la producción. Además, los desechos del proceso de destilación se convierten en biogás para su reutilización, lo que demuestra el interés de Carlos III en promover prácticas amigables con el medio ambiente.
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Como parte de la visita, Carlos III no pudo resistirse a probar una muestra del whisky que la destilería está produciendo. Este gesto no solo destaca su aprecio por la bebida que ha sido una parte integral de la cultura escocesa durante siglos, sino que también refuerza su conexión con sus antepasados y la historia de Escocia.
La visita del rey Carlos III a la 8 Doors Distillery no solo es un momento significativo en su reinado, sino también una manifestación de su profundo respeto por las tradiciones y el patrimonio escoceses. Al probar el whisky escocés y participar en la inauguración de la destilería, el monarca demuestra su compromiso con la preservación de la cultura y la historia de Escocia.