“Yo quiero que el público me recuerde con mis canciones y con mis actuaciones, eso sería hermoso”, dijo en una ocasión Flor Silvestre a EL UNIVERSAL y, aunque dejó un gran legado en el cine y en la música, también será recordada por su fortaleza, por ser una gran madre y abuela.
“Es una mujer digna de admiración, porque es un ejemplo de perseverancia, de estar con una sola cosa en la cabeza, ser coherente con lo que quiere”, comentó Pepe Aguilar cuando le rindieron un homenaje a su madre en los Ángeles, en 2015.
Esa entereza y empoderamiento que distinguía a Flor era una cualidad admirada por su nieta Ángela, quien expresa que le hizo tomar con responsabilidad cada paso que da en el mundo artístico y en su vida.
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“Tengo a mi abuelo Antonio, que era exitoso, y luego a mi abuela Flor Silvestre, que lo mismo era una actriz y cantante impresionante, mamá y abuela; obvio la gente espera mucho de mí, es un peso muy grande”, dice.
La actriz no sólo se caracterizaba por sus habilidades artísticas, también le gustaba meter las manos a la tierra, cuidar de su rancho, sus sembradíos, era “una mujer con mucha pasión”, así la recuerda el actor Manuel Ojeda.
“Fue muy bello ver cómo me acariciaba y me quería, así como yo lo sigo queriendo a él”, recordó Flor el día que vio el documental "Mi destino fue quererte", hecho en su honor; el amor que tuvo por Antonio Aguilar es descrito por quienes los conocieron como algo hermoso, y siempre se notaba el respeto y lo enamorados que se encontraban cuando armaban fiestas o reuniones en su rancho El Soyate.
“Flor Silvestre fue muy amiga de mi madre, Mary Medel, hija del actor cómico Manuel Medel, ella falleció en 2012, ya deben estar comadreando allá las dos otra vez. Recuerdo muchas veces a don Antonio y a Flor Silvestre compartir en la casa con mis papás en las fiestas y bohemias que se armaban, tenían gran amistad. Es una pérdida lamentable, vaya para la familia Aguilar nuestro más sentido pésame”, señala José Alfredo Jiménez Medel.
Mientras Antonio Aguilar estaba grabando la película El chivo, Golden recuerda los deliciosos platillos que preparaba Flor.
“Desayunábamos con doña Flor y comíamos pan con nata, con quesito; ¡cómo engordamos en esas películas, qué delicia, qué rico comimos en el rancho!”
También Pepe Aguilar recuerda a su mamá por la comida que les preparaba, sobre todo en Navidad; era, dice, donde se lucía.
“Nunca podría faltar su famosísimo bacalao a la vizcaína, ¡no saben qué cosa tan buena! Muy bueno, y lo pueden comprobar los cientos y cientos de personas invitadas que han venido y lo han probado”, exclama.
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Era una mujer empoderada que, además de velar por su familia y ser muy dedicada a su profesión artística, era empresaria, recuerda Alejandra Ávalos.
“Tuve la oportunidad de conocerla porque ella se volvió empresaria y hacía uñas postizas, hace unos 20 años; yo iba a su salón, dedicado para las manos y ella tenía desde tratamientos de parafina, te hacía tu manicure precioso; tuve la fortuna de conocerla también a través de un amigo mutuo que era doctor de cabecera de don Antonio y de mi familia, Joae Antonio Garzón”, explica.
Flor Silvestre falleció ayer a los 90 años de edad por causas naturales en su rancho El Soyate, ubicado en Zacatecas.