Mientras estudiaba arte dramático en Londres, el realizador Alonso Ruizpalacios trabajó en la cocina de un restaurante, donde vio el frenetismo que se da para llevar los alimentos a la mesa de alguien, y que luego contempló desde otro lado, al también ser mesero.
“Era ver un gran nivel de compañerismo, pero también un lado no tan bueno”, recuerda.
El tema lo había atrapado. A su regreso de Europa, el director montó justamente La cocina, escrita por Arnold Wesker en 1957, en la que se mostraba la rutina en uno de esos lugares.
No conforme, intentó llevar la historia al cine hace 14 años, pero no lo consiguió. Hasta ahora, que con un elenco encabezado por Rooney Mara y Raúl Briones la estrena en cines este jueves.
En esta versión ubicada en un restaurante neoyorquino, Pedro (Briones) es un cocinero mexicano acusado de un robo, al tiempo que pasa por un momento difícil con su pareja estadounidense Julia (Mara), quien desea abortar.
“Yo quería ver a las personas que están en esos lugares, sin idealizar a nadie. Es una película que habla de los contrastes”, señala.
“La cocina tiene sus ritmos, tiene la estructura de la jornada laboral empezado suave, con la preparación de las estaciones en las que cada quien hace sus salsas, guarniciones, proteínas, come el staff y luego viene el rush como le llaman a la hora de servir, que es guerra pura”, abunda.
La cocina es su primera película bilingüe y que rodó durante algunos días en EU. Briones, su protagonista, ya había estado en la obra teatral, pero tenía el problema de no saber el inglés.
“Me preocupaba que no lo hablara, pero me dijo que lo iba a aprender y se metió a turbo clases, se aprendió los diálogos por el sonido y le aguantó el paso a Mara”, relata Ruizpalacios.
“A Mara le envié un mail y por fortuna lo leyó y respondió; le mandé el guion, me dijo que le enviara lo que había yo hecho y pues aceptó estar”, añade.
Para dar el look visual frenético de la cocina, con el cinefotógrafo Juan Pablo Ramírez revisaron varios documentales de guerra.
“Es un poco como lo ve Estela (Anna Díaz), que es el novato en la cocina y no sabe ni de dónde la vienen los madrazos, y sálvese quien pueda”, indica Ruizpalacios.
La decisión de que fuera una película en blanco y negro la tuvo el realizador desde que comenzó a hacer la adaptación fílmica. Eso permite que sea atemporal, aparte, no se ven teléfonos celulares.
“Hay una cita al inicio, que viene del siglo XIX, en donde ya se visualiza a este capitalismo que no deja espacio para el alma humana, una forma de vida que está enfocada en la productividad.
“Además, el tema de la migración, que suele ser tratado de manera documental, yo lo quería más allá, deseaba que fuera una fábula y el blanco y negro lo enmarca bien; la cinta es sobre los contrastes sociales y raciales”, detalla.
La cocina tuvo su premier mundial en el pasado Festival Internacional de Cine de Berlín, y apenas el mes pasado compitió en el de Morelia.
Ya tiene asegurada su salida streaming a través de Max.