El sonido de la cumbia y el ritmo ranchero se unieron en Cumbia Machine, un concepto que reúne a La Sonora Santanera, La sonora Dinamita y muchos artistas más
Si bien el show estaba anunciado a las 8 de la noche, ayer 24 de marzo, el concierto arrancó a las 9:30 en la Plaza de Toros México.
El escenario se colocó de un sólo lado, de tal suerte que la mitad del lugar estaba dispuesto para ser ocupado, pero ni siquiera esas 21 mil localidades se llenaron.
Lamentablemente, para la causa de Erik Rubín, la Santanera, la Dinamita, quienes fueron los creadores del evento, los asistentes ocuparon apenas un 50% de los asientos que se tenían destinados, con una zona general casi vacía, y un primer y segundo tendido con muchos huecos por llenar.
Aunado a ello el grupo Venus, encargado de abrir la noche, tuvo problemas al arranque, pues el sonido presentó fallas y algunas interpretaciones no se entendieron por completo.
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Sin embargo, el ambiente mejoró paulatinamente. Los organizadores invitaron a la gente que estaba situada más arriba en la plaza a ocupar lugares más cerca del escenario sin costo extra, y eso comenzó a levantar los ánimos.
Con ello, las trompetas, trombones y piano de la Sonora Santanera, con letras interpretadas por Rubín y Benny Ibarra, pusieron a bailar a todo el público.
"La boa", "Bomboro Quiñá Quiñá", "Dos gardenias", y otros clásicos sonaron.
En tanto que los bailes que provocó la Sonora Dinamita, acrecentaron todavía más la emoción de los asistentes, que bailaban sin importar los espacios reducidos entre las filas de asientos.
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"El viejo del sombrerón", "Que bello", "Fuego y candela", no solo dejaron ver el disfrute del público, sino también de artistas como Yahir, María León, Ely Guerra, entre otros invitados, que se desataron el cabello y abandonaron el saco para acompañar al público.
Un nuevo artista invitado al concepto Machine, trajo su toque norteño, vestido de charro, y acompañado, para sorpresa de muchos, de Benny Ibarra que también "le entró al “palomazo".
El público continuó disfrutando desde sus lugares, con una cerveza, un tequila, u otra amenidad de las que ofrece la plaza.
La salida, fue tranquila, poco caótica cómo suele ser en la plaza cuando luce llena, algunos entre el público, ya con unas copas encima seguían cantando y bailando, y algunos autos con cumbias a todo volumen se disponían a seguir la fiesta.