Las denuncias de acoso y abuso en el set que salieron a la luz pública con el movimiento MeToo impulsaron la creación de la aún poco conocida figura “coordinador de intimidad”, que recién llega a series y películas mexicanas.
Dicha figura es la encargada de hacer que, en las escenas íntimas, mediante pláticas con los intérpretes y una coreografía previamente ensayada, sumando los movimientos de la cámara, los involucrados se sientan cómodos y convencidos de lo que se ejecuta.
Antes del movimiento MeToo, era común que estas secuencias se hicieran al gusto del director.
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El antecedente más conocido ocurrió en 1972; durante el rodaje de El último tango en París, el director Bernardo Bertolucci y el actor Marlon Brando jamás le avisaron a la actriz María Schneider, de entonces 19 años, que en una escena sexual se utilizaría una barra de mantequilla. María diría años después que se sintió violada.
“Antes llegaba el día del llamado y en ese momento se averiguaba lo que iba a pasar y cómo se iba a contar. Y muchas veces uno decía sí, porque ahí estaba en el guión y había un contrato”, recuerda Sandra Carbonell, una de las primeras coordinadoras de intimidad que hay en México.
La también actriz, certificada por IDC, principal escuela de EU en coordinadores de intimidad, donde recibió clases Alicia Rodis y Claire Warden, pioneras en series como Secretos de un matrimonio y Succession, conceptualiza:
“Una escena íntima puede ser con uno, dos o más intérpretes y no necesariamente debe estar sin ropa, implica que toquen su propio cuerpo o el de otra persona. Por ejemplo, un beso de novios en la banca de un parque no es íntimo, pero sí cuando la pareja comienza a elevar el tono de las caricias.
“Un coordinador de intimidad es un aliado de los intérpretes a la hora de filmar esas escenas, un coreógrafo de movimientos, un soporte emocional al momento de hacerlas y un enlace entre actores y producción. A veces un intérprete puede no decirlo, pero sí sentirse incómodo y ahí es donde uno tiene que tener esa sensibilidad”.
En su currícula se encuentran la serie Coyotl y la cinta de comedia juvenil Chico conoce chica, ambas en posproducción. Recién terminó la serie Hotel cocaína y ahora mismo se encuentra coordinando las escenas íntimas de la serie internacional Hotel Cocaína.
Mal de ojo, de Isaac Ezbán, estrenado en 2022, ya contó con el trabajo de una coordinadora de intimidad: Miriam Loza.
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Durante una semana, los actores Paloma Alvamar y Mauro González prepararon la escena de una relación sexual, que termina siendo una especie de rito.
“En la escuela nos dicen que no deben existir prejuicios y puede ser que yo no los tenga, pero no sé si mi compañera o yo mismo no sepa si algo molesta y esto nos permite trabajar eso”, añade.
Ezbán, realizador de Mal de ojo, cree que el coordinador de intimidad es una figura que llegó para quedarse y las producciones deben destinar presupuesto para ello.