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Los Ángeles.— El actor Benedict Cumberbatch se acaba de ganar un Oscar, bueno no, lo nominaron dos veces y en ambas perdió: este año por la cinta El poder del perro y hace siete por El código enigma.
Es sólo que su actitud no es la de alguien a quien se le ha ido un premio de la Academia. Él también es Dr. Strange, ese hechicero de Marvel que juega con los tiempos, así que quizá festeja por anticipado.
El británico es el que se lleva los reflectores en el Governors Ball, la reunión que organiza la Academia al terminar los premios Oscar en el salón superior del Teatro Dolby, en Hollywood. Tiene las manos levantadas, rodeado de hombres y mujeres y canta: “You are the dancing queen. Young and sweet only seventeen”.
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Benedict Cumberbatch se entrega a la canción de ABBA rodeado de otros actores de la cinta de Netflix.
Y no se parece a él, está fuera de personaje, lejos de la solemnidad de sus interpretaciones, cantando y disfrutando de la noche, una que ha alejado a los mil 500 invitados a la cena exhaustos: por el confinamiento, por las pruebas exhaustivas que se aplicaron por Covid para llegar a la velada y por el exabrupto que protagonizaron el comediante Chris Rock y el actor Will Smith minutos atrás.
Baile, comida y risas
Al igual que hace dos años, cuando se realizó la última fiesta de este tipo antes de la pandemia, EL UNIVERSAL tuvo acceso exclusivo para un medio mexicano a la celebración, que fue completamente diferente a la anterior.
“Es liberador y extraño estar en un lugar tan concurrido y sin cubrebocas. Es como dejar todo atrás”, dijo un miembro del equipo de The Queen of basketball, cinta triunfadora en la categoría Corto documental.
“Vendrá Will Smith”, dijo un miembro de la banda sonora de Duna, cinta que obtuvo seis premios, incluida esa categoría. Él se encontraba formado para que alguien en un templete grabara su Oscar. A ese lugar acudieron varios famosos ganadores, como Jessica Chastain, ganadora a Actriz por Los ojos de Tammy Faye, quien saludó brevemente a los asistentes, pero no se quedó por mucho tiempo. El austente fue, en efecto, Smith, quien mostró su premio en la fiesta de Vanity Fair, sin la placa que debió ser grabada en el Governors Ball.
Billie Eilish y su hermano Finneas no pasaron desapercibidos, aunque no bailaron, se detuvieron brevemente en varias ocasiones en la pista para ser felicitados
Otros de los más esperados de la noche fueron los miembros de la cinta ganadora, CODA: señales del corazón.
Como se dijo en el escenario, el mexicano Eugenio Derbez puso las risas, y es algo que replicó en la fiesta, cargando a su compañera Emilia Jones.
El actor también fue detenido en su andar por una mesera de origen mexicano, quien le dijo que estaba orgullosa de él. Sin cámaras, Eugenio le agradeció y se tomó una foto con ella, a escondidas de los supervisores de la chica.
Lo que más gustó en el menú fue el pan con sopa de cangrejo y ternera húngara.