Eduardo Capetillo tardó nueve años en regresar a una telenovela. En la anterior, La otra cara del alma, los espectadores de televisión abierta vieron cómo interpretó a un hombre bueno que se enamora de una mujer malvada.
El 17 de agosto serán los usuarios de una plataforma quienes lo verán regresar a un melodrama, con la diferencia de que esta vez dará vida a un bombero que fue encarcelado durante 25 años y al salir descubre que su hijo, quien era periodista, ha muerto.
En lo que va del año, en México 13 periodista han sido asesinados, según el recuento de Reporteros sin fronteras. El que esto se esboce en su nueva telenovela, "Donde hubo fuego", es para el actor una muestra de el cambio de este género en el formato para streaming.
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“Es un híbrido entre telenovela y serie: tiene todos los elementos de la primera, pero también esta enorme apertura que tienen hoy en día las plataformas digitales”, dice.
“La televisión convencional que yo hice durante muchos años no era así, aquí tienes un rango mucho más amplio como actor para poder moverte de un lugar a otro”, ahonda para EL UNIVERSAL.
Esta historia, bajo la producción del chileno José Ignacio Valenzuela “Chascas”, tiene como base la labor de los bomberos y cómo sus vidas se entrelazan con diferentes controversias sociales: la violencia, la depresión, la anorexia y los inocentes que son encarcelados, sin olvidar las historias de romance que se tocarán a lo largo de los 39 capítulos.
“Yo quería que esta historia, además de ser entretenida, estuviera lo más apegada posible a la realidad. Que los bomberos y el cuartel se sintieran reales, y no sólo una idealización de lo que es realmente la institución. Que la audiencia tuviera la sensación de estar inmiscuida en la vida de estos personajes y conociera su día a día”, comenta el realizador.
“El hecho que el melodrama sea uno de los ingredientes principales de la historia, junto a la acción, el misterio, el suspenso y la pasión la hacen un producto muy atractivo: la profundidad con la cual se pueden tocar los temas te da una libertad creativa muy difícil en la televisión”.
Con enfoque femenino
La protagonista de la historia es Esmeralda Pimentel, quien da vida a la bombera Olivia.
La actriz considera que se buscó romper con los estereotipos de género que suelen caracterizar al melodrama, pues su personaje realiza un oficio que suele atribuírsele sólo a los hombres. En la Ciudad de México, hay 2 mil 251 personas que se dedican a esta actividad, de las cuales 456 son mujeres, según cifras oficiales.
“Lo que diferencia a esta protagonista es que en las telenovelas son mujeres que solamente mueren de amor, no las veíamos siendo profesionistas, teniendo su propia agenda o sus propios deseos; en este caso vemos a una mujer que siempre quiso ser bombera y lucha para conseguirlo.
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“Sabe que está entrando a una profesión que es considerada para hombres y que tiene mucho qué demostrar; todo el tiempo la vemos rompiendo la violencia que hay en estos ambientes, súper libre en su sexualidad, que se cuestiona y replantea cosas profundas”, señala Pimentel.
Entre los compañeros están Iván Amozurrutia, Antonio Sotillo, Daniel Gama y Polo Morín, quienes destacan que se aborde con naturalidad temas actuales como la diversidad de género y el poliamor.
“La idea de los personajes es que haya aún atractivo visual, pero que se busque que eso no sea lo más interesante, sino lo que hay detrás”, dice Polo Morín respecto a esta telenovela, considerada también serie de largo formato por Netflix.
El drama toma fuerza
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