Victoria Ruffo y Alessandra Rosaldo han sido figuras importantes en la vida de Eugenio Derbez: una, como parte de su pasado durante un momento turbulento; la otra, como compañera en su etapa más estable. Sin embargo, esto no significa que entre ellas haya celos o rivalidades, como muchos podrían pensar
Alessandra, en diversas ocasiones, ha expresado su admiración por el trabajo de Victoria y negado tener algún tema personal con ella.
Ahora es la protagonista de "Corona de lágrimas" quien da sus impresiones sobre la actual esposa de su ex, con quien se encontró en el hospital para darle la bienvenida a Tessa, la hija de José Eduardo Derbez, hace dos meses.
En el programa "El gordo y la flaca", Victoria expresó que mantiene una buena relación con Alessandra, quien la ha defendido en diversas ocasiones: "Claro, (me defiende) porque es una mujer inteligente, porque sabe que yo respeto su matrimonio, su relación, y que mi relación con Eugenio es únicamente como papás de José Eduardo", dijo.
Añadió que Alessandra le agrada mucho y la considera una mujer talentosa: "(Es) linda, canta hermoso", y comentó que trata muy bien a su hijo, lo cual la tiene contenta. "Para mí, eso es más que suficiente", añadió.
Sobre Eugenio, aclaró que se llevan bien, aunque tampoco negó que: "Nos llevamos de la patada. Lo único que nos une en esta vida es José Eduardo y ahora mi nieta, qué bueno. Tenemos que compartir (porque) también es el abuelo".
Victoria Ruffo defiende a su hijo José Eduardo de las críticas hacia su paternidad
Poco después de que José Eduardo se convirtiera en padre junto a la modelo Paola Dalay, el famoso comenzó a recibir críticas debido a que usuarios en redes sociales lo señalaban como un padre ausente. Estas especulaciones se alimentaron porque tienen personas en casa que ofrecen sus servicios para cuidar a la pequeña Tessa.
Ante ello, Ruffo, en un encuentro con la prensa en México, dejó ver que no le parece malo que su hijo contrate nanas.
“Yo sí tuve (nanas). Mira, cuando nació José Eduardo, ahí yo muy macha dije: ‘Yo sola puedo’. Y al mes llegó una tía y me dijo: ‘Necesitas brasier para esas ojeras. Te voy a mandar una enfermera’. Y cuando llegó dije: ‘Okey, que se quede un día, bueno, dos’, y luego ya forever and ever”, mencionó riéndose.