Las 13 películas mexicanas que este año rebasaron el millón de asistentes es bueno para el cine nacional y es posible contribuya al reconocimiento de otros géneros que no sean la comedia.
Eso considera María Novaro, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, tras ver que los largometrajes más vistas fueron, entre otros, No manches Frida 2, Mirreyes vs godínez y Tod@s caen.
“Estas son cosas que ayudan al crecimiento de la industria cinematográfica, que hay para todos los gustos, que el género que se estrena (la comedia) tenga éxito, es buena noticia.
“Ojalá también, como ha sucedido en la historia del cine en muchos países traiga el desarrollo y reconocimiento a otros, eso habla de que hay más confianza del público mexicano a nuestro cine”, señala.
Este año, de acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica, los títulos mexicanos contabilizaron más de 33 millones de boletos vendidos, representando el 9% de la taquilla global.
Entre las 13 cintas con más de un millón de entradas, todas comedias, estuvo la animación Día de muertos y los remakes La boda de mi mejor amigo, Perfectos desconocidos y Como novio de pueblo.
Con ellos se cierra una década exitosa para el cine nacional tanto a nivel local, como en el mundo, considera Novaro a pregunta expresa.
De 2010 a 2019 se cosecharon más de mil galardones en el orbe, incluyendo 13 premios Oscar, y Estados Unidos se convirtió en el país que más preseas dio y filmes locales estrenó. Atrás se colocaron Francia y España, respectivamente.
“Fueron años existosos, favorables, de crecimiento continuo y diversificación del cine, pues si bien hubo uno que se mantiene y gana terreno, no se ha perdido el otro”.
Considera que éxitos como los logrados por los llamados Tres Amigos (Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu), han impactado en el público.
“Dan el beneficio de la duda, ven que hay cineastas en Cannes, Venecia, Locarno, muchos premios y entonces quieren ver qué está pasando en el terreno”, apunta la también realizadora.
Novaro destaca la importancia de que los cineastas se acerquen al público, algo que opina, se perdió por un periodo.
Recuerda que ella misma, tras dirigir Lola (1989) escuchó las opiniones y decidió levantar Danzón (1991) que conectó con las audiencias.