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La sana distancia es lo que más pesa tras las bambalinas del Circo Atayde Hermanos.
Lorena Canseco, maestra de ceremonias del clásico espectáculo Galas Mágicas, reconoce que haber sobrevivido a la pandemia es una gran noticia para todos los artistas circenses, pero les ha costado trabajo acostumbrarse a no ayudarse unos a otros, como antes lo hacían.
Detrás de cada espectáculo hay al menos 13 trapecistas, malabaristas, bailarines y payasos que han tenido que aprender a vestirse solos y no recibir abrazos o aplausos de sus compañeros después de cada acto. “Todos nos hemos hecho pruebas Covid antes de la función, durante las funciones y todavía una semana después, todo el tiempo detrás del telón estamos con cubrebocas puesto, cada quien en su camerino y por eso mismo no tenemos un contacto tan cercano entre nosotros y con el público y eso ha sido lo más triste”, dijo Canseco.
En abril retomaron el show con este espectáculo tradicional del circo, en ese entonces agotaron las entradas de sus cuatro días; ahora con una nueva temporada en el Teatro de la Ciudad quieren llevar un mensaje positivo al público que los ha estado esperando por más de un año.
“Estamos ávidos de ver algo que nos saque de esta angustia, este miedo y pensamientos entristecedores. Queremos es traerlos a un momento de diversión”.