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La lucha por la tierra, que termina casi siempre con la derrota del más pequeño, es el eje central de Sin muertos no hay carnaval, cinta protagonizada por Maya Zapata, Erando González y Diego Cataño.
Los tres actores mexicanos ensayaron el acento ecuatoriano, pues la historia se desarrolla en ese país, bajo la dirección de Sebastián Cordero.
El realizador de Crónicas y rabia hace mancuerna con Bertha Navarro, misma de El laberinto del fauno, en este filme que acaba de estrenar en el circuito cultural mexicano.
“Se situá allá, en Guayaquil, pero el mismo tipo de conflicto de tierras, de corrupción, de abuso de poder, es uno de los puntos en común en los países latinoamericanos”, señala Cordero vía telefónica.
“Donde se ha presentado (festivales) la gente dice eso, entonces la película logra algo, que es hablar de una cosa que afecta a muchos”, agrega.
El rodaje se hizo en una invasión real de tierra: un barrio irregular conocido como Voluntad de Dios, del cual algunos habitantes formaron parte activamente en la cinta.
A Erando, quien interpreta a un líder, se le dieron videos de políticos, aunque el personaje no lo sea.
“Pero sí apunta a alguien que un día podría ser alcalde”, señala el cineasta de 45 años.
“Sí hay mucha inspiración en casos reales pero es ficción, donde hay una línea dramática para que la historia funcione y por ejemplo, varios de los diálogos más fuertes vienen de personajes que no esperarías actuaran así, como el del patriarca de la familia con un discurso potente”, destaca.
El máximo problema opadecido fueron las constantes lluvias de la locación.
“Sabíamos que eso pasaba, pero quería ese verde que da el agua y que se viera como una buena tierra”, recalca.