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Un total de 32 películas mexicanas contemporáneas serán restauradas para su exhibición en la pantalla grande nacional e internacional.
Las cintas, entre las cuales ya están terminadas El castillo de la pureza, de Arturo Ripstein y El rincón de las vírgenes, de Alberto Issac, abarcarán de los años 70 a 90.
“Se hizo una selección de materiales que son propiedad del Instituto Mexicano de Cinematografía que ya se consideran clásicas, aunque sean contemporáneas”, señala Héctor Ramírez.
El subdirector de Acervos y Circuitos Culturales del Imcine aclara que aún los filmes más modernos requieren restauración, dependiendo las veces que el negativo original fue usado para sacar copias.
La restauración consiste en digitalizar los materiales, eliminar rayas o manchas blancas visibles en la imagen y regresar a los colores originales vistas en las escenas.
El rincón de las vírgenes (1972) y El lugar sin límites (1978), que integran la lista, ya han sido exhibidas recientemente en Cineteca Nacional.
La selección, destaca Ramírez, fue hecha por un comité de expertos en cine nacional.
“Fue el que dijo que cinta por su valor artístico, histórico, cultural, sería conveniente tener no solamente una conservación física, sino, sino que a través de la digitalización, poderla ver después en cines.
“Varias ya presentaban rayaduras, degradación de color y es algo que debe irse corrigiendo cuadro por cuadro (hay 24, en un minuto de cinta), ya hay deterioro natural”, comenta.
El proceso está siendo hecho en conjunto con Estudios Churubusco y Cineteca.
Y los digitales. Todos los filmes a restaurar fueron hechos originalmente en 35 milímetros, algo ya en desuso tras la aparición digital.
Curiosamente las nuevas tecnologías hacen, equivocadamente, tener menos cuidado con los materiales.
De acuerdo con una investigación realizada por EL UNIVERSAL el año pasado, el cine mexicano hecho entre 2010 y 2017, tendería a desaparecer.
Durante ese periodo, según se desprende del Anuario Estadístico de Imcine, se han producido alrededor de 900 largometrajes entre documental y ficción, pero sólo una tercera parte está en las bóvedas de Cineteca o Filmoteca, que controlan temperatura y manejo.