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Hubo un momento en que Hernán Kesselman y su equipo de trabajo decidió mover unas mesas del set y, tan pronto lo hicieron, rápidamente se limpiaron las manos para romper cualquier cadena de contagio.
Todos estaban con caretas, tapabocas o lentes protectores, algunos con guantes que eran retirados y cambiados por otros nuevos tan pronto se ensuciaban, para protegerse unos con otros.
¿La desventaja? Quizás el no ver la reacción del interlocutor, pues con el equipo de producción era complicado ver su rostro.
“Es muy raro trabajar de esa manera, el cine es un punto de comunicación y tener las caras tapadas no te permite ver si la gente sonríe o si está enojada, pero la verdad es que está bien, prefiero eso a no filmar”, comenta el cineasta.
Esta semana Kesselman (Érase una vez) y un reducido equipo grabó en dos días el video Polvo: el regreso al set, donde los trabajadores de la industria audiovisual mexicana se declaran listos para regresar a trabajar en la nueva normalidad.
Desde marzo más de 40 producciones, entre series y películas, quedaron detenidas a causa de la pandemia y los ahorros de casi 30 mil personas se están acabando.
Actualmente las autoridades han dicho que rodajes y grabaciones comenzarían con semáforo amarillo; la semana próxima la Ciudad de México, principal sede de locaciones, se mantendrá en naranja.
Ahora directores, poductores y técnicos se unieron para la iniciativa Por Amor al Arte, para la cual ya trabajaron con el protocolo de seguridad que por semanas ha preparado la industria de los audiovisuales.
“Hay mucha gente con problemas económicos y hay que recordar que quienes estamos en esto, tenemos empleo bastante informal en algún punto, pues se trata de gente freelance, muchos de los técnicos no tienen cobertura médica, seguro médico y si uno no trabaja, entonces simplemente no cobra.
“A la industria la tienen bien castigada y lo que hicimos durante estos meses fue un protocolo para estar seguros en rodajes, ahora lo seguimos al pie de la letra, lo cumplimos, con eso demostramos que estamos listos para volver”, comenta el realizador.
Como parte de las decisiones fue ocupar un día para ensayos y otros para la grabación, usando cinco horas totales en las dos jornadas.
“La verdad es que todos llegaron con la mejor disposición y nos sentimos muy seguros; lo que pasa es que luego la filmación es larga y la gente se comienza a relajar al sentirse así, entonces comenzaría a comportarse como antes, sin cosas como la sana distancia, aquí fue rápido”, cuenta el director.
Entre las producciones que ya estaban en locaciones y que se detuvieron, se encuentran las series Asesino del olvido y Monarca, así como las secuelas cinematográficas de Sexo, pudor y lágrimas y Mirreyes vs Godínez.