Durante cuatro horas el productor de ROMA , Nicolás Celis , se mantuvo resguardado en un restaurante de Culiacán , a metros de los enfrentamientos entre narcos y militares la tarde del jueves.
El cineasta había sido invitado por un día a la ciudad, platicando con sus anfitriones sobre la reputación de violencia de la ciudad, recibiendo como respuesta que llevaba años sin haber algo signficativo al respecto.
Pero cerca de las tres de la tarde comenzaron a escuchar sonidos que Celis pensó eran inicios de tormenta.
“Hasta que llegaron a sacarnos los meseros, gateando, para ir a la cocina; éramos como 100 personas, muchas mujeres, la gente estaba muy asustada, pensé estarían acostumbradas, pero no¨, narra.
Las explosiones, detalla, hacían vibrar el lugar y las balas rompían cristales, con los que llegaron a cortarse algunas de las personas.
En ese momento, subraya, el pensamiento principal era la fragilidad que se puede tener como persona.
"Estar en contacto con este tipo de situaciones hacen reflexionar de cómo están tomados los espacios públicos, de cómo van a salir a jugar los niños al día siguiente con tranquilidad, los adultos igual, todo se rompe y es difícil volver a pegar las piezas", apunta.
"El pensamiento era de cuándo iba a terminar todo, que estás en el suelo y no puedes hacer nada; me asusté cuando las explosiones fueron más fuertes y retumbaba el edificio", agrega.
Cuando todo se calmó y logró salir del restaurante vió autos abandonados, motocicletas tiradas.
"(Era) Como zona de guerra y nunca sabes quiénes son los buenos y los malos, era la incertidumbre si iban a llegar refuerzos o no. Hoy (camino al aeropuerto) me impresionó que no vi ni una sola patrulla ni auto militar, sólo un policía federal fuera del aeropuerto, la sensación fue rara, como si no pasara nada", subraya.
Celis no durmió en el hotel, sino que aceptó el hospedaje de personas cercanas al restaurante.
Horas después de los hechos, reflexiona sobre el papel del gobierno y las producciones audiovisuales que aluden al tema de la violencia.
"Ha habido mucha discusión de las películas, las series, que hacen esta violencia tan aspiracional y todo sea por el entretenimiento, de cierta forma nos deslindamos de alguna responsabilidad, pero hay que hacer la reflexión de que como productor puedo decir qué hago o cual punto de vista tomo.
"Se me hace una irresponsabilidad alta estar haciendo contenido que fomente tanta vioencia en un pais que la está viviendo, me da para trabajar y generar un cambio", externa.
Al final lo que le impresiónó del caso Culiacán fue constatar el gran poder de los grupos que iniciaron la confrontación.
"Lo que más me decepciona son las posturas políticas de tirarse unos a otros, sienten que lo importante es sacarle vuleta en lugar de sensibilizarse y tomarlo como una parte humana de que esto está pasando, hay que buscar la vías urgentes para sanar esto que está profundamente herido", concluye.
nrv