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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
El cine más antiguo en la Ciudad de México (en funcionamiento todavía en 2016) cerró sus puertas tras 77 años de existencia.
El Palacio Chino, que durante las últimas dos décadas fue operado por la exhibidora Cinemex y que contaba con 11 salas ha sido en definitiva puesto fuera de circulación, tras no llegar a un arreglo con los dueños del inmueble.
“Después de un periodo de revisión y negociaciones diversas alrededor del complejo, el desarrollador del inmueble finalmente decidió cambiar el uso del mismo”, informó la empresa de cines a EL UNIVERSAL, por medio de un correo electrónico.
El Palacio Chino había superado en tiempo vigente a los cines Teresa y Ópera, ambos inaugurados en la década de los 40, siendo los últimos vestigios (tras la demolición del Cine Latino y cierre del Orfeón) de las grandes salas que albergaban hasta 3 mil butacas. El primero es ahora un centro de tecnología de celulares y el otro está abandonado.
El Palacio sólo tenía de rival al Teatro Metropólitan, inaugurado en 1943, que ahora es sede de conciertos y ocasionalmente de premieres de cintas como La vida inmoral de la pareja ideal.
Su historia. El Palacio Chino inició actividades el 29 de marzo de 1940 y, reportó ese día EL GRAN DIARIO DE MÉXICO, los actores Charles Chaplin y Gary Cooper, enviaron felicitaciones por telegrama.
“Los mejores deseos para su función inaugural”, escribió Chaplin (Tiempos modernos), en una carta publicada por esta casa editorial.
El sitio se erigía sobre un área de 6 mil metros cuadrados y fue calificado por EL UNIVERSAL como “una maravillosa obra surgida de la lámpara de Aladino”.
“Han sido reunidos los más hermosos templos del lejano Oriente”, se lee en la crónica.
Luna de miel, del realizador inglés Alexander Korda, abrió la monumental sala, en la que los boletos costaban cuatro pesos.
Entre las películas anunciadas se encontraba Vuelve el hombre invisible con Vincent Price y Mujer o demonio, con Marlene Dietrich.
El empresario Luis Castro, quien dueño de los cines Mundial, Lux y Royal, decidió ocupar para el Palacio Chino lo que era un lugar para eventos deportivos. En su interior se erigieron las págodas de Oro y Plata de Birmania, así como una réplica de los templos Ho-nan y Kung-Tse, sobresaliendo la figura del dios de ocho brazos.
“El Buda de la Buena Suerte y protector de los enamorados dando la bienvenida a los que llegan por la calle Iturbide”, se leía en una publicación explicativa.
EL INICIO.
El 29 de marzo de 1940, EL UNIVERSAL dio cuenta de la inauguración del inmueble con una nota en la primera plana. Vecinos desde entonces, el diario patrocinó el evento nocturno de esa jornada, que arrancó a las 21:30 horas.
FELICITACIONES.
Estrellas de Hollywood mandaron felicitaciones al cine que abría sus puertas al público, deseándole buena suerte. Eran los tiempos en que lo importante eran los espacios para un arte que prácticamente estaba consolidándose, buscando acercarse a la gente.
EN SU CINE FAVORITO.
En la década de los 40 una cinta duraba máximo dos semanas en cartelera, al ser cines para 3 mil personas. Así que desde la apertura, en los diarios de la época se anunciaba prácticamente lo que se vería en los meses venideros.
LOS CUIDADOS
En octubre de 1978 el Palacio Chino fue objeto de trabajos de conservación para que sus interiores siguieran conservando el toque brillante del cual habían presumido casi cuatro décadas antes.
EL TERREMOTO
El 19 de septiembre de 1985, la ciudad despertó con sismo de casi siete grados de magnitud, ocasionando el derrumbe del Conalep ubicado a unos cuantos metros del Palacio, el cual no tuvo afectaciones.
LA FILAS.
Era común, cuando aún no existían los asientos numerados, que la gente hiciera filas sobre la calle de Iturbide para alcanzar el mejor lugar posible. Años 1979 y 1995
DE ESTRENO.
Dada su ubicación geográfica, varias veces fue sede de funciones de media noche como ocurrió en 2015 con Star Wars Episodio 7: el renacer de la fuerza, a la cual acudieron fans disfrazados de los personajes de la saga.
EL PRESENTE.
Ya sin los logotipos de Cinemex, con las cortinas pintadas con aerosol y por las noches, dormitorio de personas de la calle, el Palacio Chino ve pasar los días.