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Luego del éxito financiero y mediático que significó su cinta "Carol", protagonizada por Cate Blanchett, el realizador Todd Haynes regresa a la pantalla grande con "Wonderstruck", un filme actualmente en cartelera y que realizó sin la presión de tener que ser aclamada por la crítica.
Para Haynnes, quien dice guiarse más por instintos que por modas fílmicas, la crítica es algo que cree siempre importará pero no por ello hará algo que su alma cinéfila no quiera.
“Todos hemos leído críticas y nos gusta que a las personas les guste nuestro trabajo, pero no podemos estar bajo ese yugo de saber si lo que hacemos complacerá a los demás”, dice a EL UNIVERSAL.
Por ello, tras hablar en su anterior filme de un amor lésbico en la década de los 50, ahora Todd presenta una historia en la que los protagonistas son dos niños sordomudos.
La razón para que en esta ocasión haya escogido una historia sobre sordomudos no obedece a un tema de diversidad en la industria; asegura que lo hizo más por inspiración, pues al igual que a él lo inspiran las historias de las personas, espera que su cine provoque la misma sensación a quien lo ve.
“Las películas que me han inspirado a mí y las que creo que viven más allá de sus tiempos son aquellas que uno tiene que ver más de una vez, aquellas en las que uno siempre encontrará muchas lecturas; siempre he hecho mis películas pensando en ello, quizá por eso las historias que cuento en cada una son distintas y a veces parece que las filman distintos directores”.
La mitad de la película "Wonderstruck" está filmada en blanco y negro, ambientada en los años 20, mientras que la segunda parte está situada en los 70 y, aunque parecería a primera vista que es una película infantil, Todd Haynes advierte que no es una cinta infantil.
“Nunca he sentido una fascinación por las películas infantiles. Yo no diría que 'Wonderstruck' es una película de niños. Las películas que ampliaron mi pequeña mente cuando era joven hablaban de personas reales en tiempos y lugares reales, me encantó que Wonderstruck fuera una cinta en la que quizá sí me divertí como niño pero que es más profunda que hablar de superhéroes o magos”, explica.
En la cinta destaca la actuación de Millicent Simmonds, quien da vida a Rose, una de las protagonistas y que en la vida real es sordomuda, algo que para Haynes fue muy emocionante.
Además de descubrir lo que él llamó “un talento en ascenso”, ayuda a que poco a poco haya más integración y diversidad en Hollywood.
“Ha sido maravilloso trabajar con ella, es la primera vez que trabajo con una actriz con características especiales. He escuchado que muchos críticos no sabían que en la vida real es sordomuda. Es genial que los críticos hayan visto la película sin decir: oh, el actor sordo, donde le das una categoría especial o algo por el estilo. Es una niña increíble, que también es sorda pero que tiene una manera tan natural de actuar y, al final, eso es lo que a los directores nos tiene que importar, trabajar con grandes actores”, añade.