El director tunesino ganador de una Palma de Oro con "La vida de Adèle" en 2013, Abdellatif Kechiche , vuelve a Cannes con la película polémica de este año en la que se puede ver un t rato degradante hacia la mujer, escenas de sexo explícitas y sin contexto y una aburrida trama de tres horas y media de duración que no lleva a ninguna parte.
En rueda de prensa, el director se comportó de forma agresiva y déspota y reaccionó con furia ante la pregunta de un periodista que sacó a colación la demanda de abuso sexual que el realizador tiene en su contra diciéndole que, “esa es una pregunta desubicada e imbécil y ese ya es un asunto pasado”.
El realizador agregó también visiblemente molesto que a este Festival no se debería venir a hacer preguntas de ese tipo. Fue en octubre cuando estalló la noticia en Francia de que una actriz de 29 años había sufrido una agresión sexual por parte de un Kechiche alcoholizado en su departamento de París. La actriz puso una demanda a la policía que aún se encuentra en curso.
Respecto a las motivaciones para hacer este filme el director aseguró, “puede que lo más importante para mí era celebrar la vida, el amor, el deseo, la música, el cuerpo y contar una experiencia cinematográfica lo más viva posible e intentar renovarme, buscar otras forma de narración tratando de romper las reglas que son fundadas a medida que el cine se ha desarrollado, y me he forzado a salir de esas reglas. Quería que fuera una experiencia estética y el filme cuenta muchas cosas, muchas historias, muchas intimidades entre los personajes”, dijo el cineasta que apuntó no molestarle que la gente se saliera de las salas de forma masiva, “a partir del momento en el que hay una experiencia nueva no todo el mundo esta abierto a esta experiencia, no todo el mundo es sensible a la mirada que yo aporto sobre los otros y eso no me molesta, sería desastroso que todo el mundo tuviera la misma mirada. Pero yo creo en el amor, en la ternura que yo tengo al filmar, de sublimar ese deseo, de captar esa energía metafísica. Por eso he elegido gente que tiene un fuego en su interior , algo que no es visible por todo el mundo, el talento de mis actrices, la gente que no lo ve, la diferencia de este deseo de renovación del cine, que no tienen miedo de franquear barreras, son ellas las que han hecho la peli”, explicó el autor.
Explicó que no hacer filmes para responder a las críticas sino en reacción a una época y que se comparó con Picasso, “necesitaba estar en la posición de un pintor y en el filme paso del impresionismo al cubismo como se hizo en Las señoritas de Avignon”, comentó el creador que está en el ojo del huracán de la Riviera francesa y que ha traído el filme provocador que nunca falta en el Certamen galo.
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