Cine

Le meten locura a la herencia y al amor

Alberto Guerra interpreta a un hijo adoptado que deberá convivir con su hermana para hacerse del dinero de su padre

Los hermanos de Locos por la herencia comenzarán a sentirse atraídos tras cumplir el deseo de su padre. Foto/CORAZÓN FILMS
19/08/2019 |23:52Janet Mérida |
Redacción El Universal
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janet.merida@eluniversal.com.mx

Héctor (Alberto Guerra) y Andrea (Paulette Hernández) son hijos del dueño de una fábrica de chocolate. Tienen dinero, así que el futuro no es una preocupación real para ellos, ni tener una relación seria y menos familia, hasta que su padre muere y llega el momento de la lectura del testamento.

Para sorpresa de sus hijos, el patriarca ha puesto condiciones para darles la herencia: casarse, tener hijos y hacer un plan de trabajo para la empresa, todo supervisado por su tía Inés (Julieta Egurrola).

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Héctor, que es adoptado, insiste en que su alergia por el chocolate —y poco interés— le impide tomar la enmienda, y aunque Andrea no es alérgica, tampoco le importa mucho el legado familiar, sin embargo, tienen que comenzar a verse más seguido porque lo que sí quieren es el dinero. Poco a poco, van descubriendo que existe una tensión entre ellos que se mezcla con recuerdos de la infancia y que no es un cariño de hermanos.

En entrevista con EL UNIVERSAL, los protagonistas de la nueva película de Corazón Films, Locos por la herencia, hablan de sus personajes y de la cultura patriarcal en la que crecen. Alberto Guerra, por ejemplo, no deja de contrastar la esencia de Héctor y su padre con lo que a él le ha tocado vivir como hijo y ahora, como padre de tres niños.

“Yo sí creo que este papá quería joderlos a todos alrededor, tanto a ellos dos como a la tía que no quería ser albacea ni encargarse de nada, ella lo que estaba pensando era en retirarse y ser feliz. También creo que habla mucho de lo que piensan los padres de los hijos, creo que estos dos personajes se encargaron de demostrar que ninguno de los dos estaba en la capacidad de llevar ningún negocio porque no pueden pensar más allá de sí mismos”.

En esa lucha por quedarse con la herencia y por identificar los sentimientos de atracción que tienen uno por el otro, los protagonistas van descubriendo también secretos familiares, cosas que se guardan, de las que no se hablan pero que definen el futuro de las familias. También se enfrentan con su ignorancia total sobre la empresa (que está en crisis), aderezando la situación con humor.

“Este papá está pidiendo cosas que él no hizo bien en su propio matrimonio”, dijo Alberto, mientras que Paulette opinó:

“Lo que los papás quieren es que si algo les funcionó a ellos, también sea lo mejor para sus hijos”.

Al mismo tiempo en que ocurre la historia de Héctor y Andrea, otra historia de amor se desarrolla: la de la tía Inés (Julieta Egurrola) y Verónica (Tiaré Scanda) que también tienen una conexión, pero marcada por el tiempo, la solidaridad, la compañía y el cariño.

Locos por la herencia se estrenará el viernes en cines mexicanos. La producción está a cargo de Luis Bekris y la dirección a cargo de Juan Carlos Llaca.

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