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A los 15 años Lisandra Tena se fue de casa de su papá, en Albuquerque, California, y comenzó una etapa de rebeldía que la llevó a descubrir su vocación de actriz.

Vivió en la calle, tuvo padres otorgados por Estados Unidos, fue chola, trabajó, dejó la escuela, volvió a ella tiempo después pero, al final del día, en casa, siempre actuaba en comerciales que se inventaba: vendía mayonesa o cualquier producto en una televisión invisible.

Ahora, en el mundo de Fear The Walking Dead Lisandra es Lola, una líder que protege un recurso tan vital como el agua en una época de catástrofes.

Su personaje comparte créditos con Rubén Blades.

Habla perfectamente bien ambos idiomas, el español, que aprendió de su padre —un hombre nacido en un poblado de Chihuahua— y el inglés que aprendió en la escuela.

Los “qué onda”, “no manches” y “cab...” son parte de sus conversaciones y por ahí se cuela de vez en cuando una que otra muletilla en inglés, un oh my god o so.

Así, contó cómo fue su camino en el mundo de la actuación, donde los sinsabores y las esperanzas de lograr quedar en un casting se van perdiendo con las negativas y el trato de quienes los realizan, un poco similar a la película La la land, reconoce la actriz, y eso da pie a compartir uno de los peores castings a los que acudió.

“En el primer casting al que fui tenía unos 18 años, entré y era un rol de chola. Yo viví eso, yo era cholilla en mi juventud y dije que podía hacer ese papel, lo conocía y sabía cómo decir las palabras”.

Sin embargo, dijo, la persona que hacía el casting vio su CV y le preguntó en tono despectivo si de verdad había estudiado donde decía y la retó a llamar al lugar para ver si era cierto.

“Yo dije ¡qué cab..., cómo te atreves!, nada más por cómo me veo, mi actitud, mi energía... no me sentí muy bien y yo dije que no quería trabajar con alguien así, que me pusiera a prueba”.

Cuando llegó la posibilidad del casting para Fear The Walking Dead, ella estaba trabajando como mesera, su agente la llamó y fue sin ninguna expectativa. Pero se quedó y eso le ha dado una de las experiencias más importantes de su carrera. Es la puerta, dice, a otras cosas.

“El primer día del ensayo fuimos Rubén Blades y yo y leímos, yo tenía que cantar una canción de una escena en la que le tengo que cortar la pierna y comencé a cantar como lo hice en la audición, y me dijo: tienes ¡una voz bien linda! Y yo, ah caray, es que no me pagan por la voz pero sí lo hago, me encanta cantar. Hemos salido a cenar y se pone a cantar, si hay música o un micrófono empieza a cantar y a tocar”, compartió.

La relación con su padre actualmente es buena, incluso cuando él no estuvo muy de acuerdo en su decisión de ser actriz, hoy sabe que está orgulloso.

Esa etapa de rebeldía le dejó también aprendizaje y un monólogo en donde cuenta todas las anécdotas que vivió en aquella época llamado Güera, en donde mezcla inglés y español por igual y que le gustaría en algún momento presentar en México.

“Y aquí estoy, se me hace tan raro, como un sueño, es mi primera vez en la Ciudad de México”, dijo la actriz.

Fear The Walking Dead se estrenará el próximo 11 de septiembre.

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