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La sonrisa y las curvas de Silvia Pinal cautivaron a Pedro Infante ; la música, el baile y varias copas de vino fueron testigos del romance que empezó en una borrachera y terminó con un matrimonio en la película “El inocente”.
Mané, el personaje de Silvia Pinal, queda deslumbrada con la simpatía de “Cruci”, un mecánico encarnado por Pedro Infante. La pareja recibe el año nuevo bajo los efectos del alcohol, después de haberse dicho una que otra verdad junto al fuego; la cercanía de sus cuerpos provoca que “Cruci” le confiese su amor a Mané con una canción.
“Es mi destino vivir así, triste agonía vivir sin ti. Me siento perdido en este mundo, y mi último fracaso será tu amor”, le susurra al oído Infante a Pinal en una escena del filme estrenado en septiembre de 1956.
Silvia Pinal y Pedro Infante protagonizaron la cinta dirigida por Rogelio A. González que se estrenó en el Cine México con un elenco que incluyó a estrellas como Sara García y Oscar Ortiz de Pinedo.
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Caricatura de la época inspirada en la película. Hemeroteca EL UNIVERSAL
Mané, una joven de familia adinerada, estaba destinada a casarse con Alberto, un “hijo de mami” que la tenía harta y aburrida, pero la vida le pone en el camino a Cutberto Gaudazar “Cruci” para que le dé a su existencia esa chispa que necesitaba.
Antes de que “Cruci” se convierta en el amor de su vida, le toca padecerlo a ella y a su familia, sobre todo a su mamá, interpretada por Sara García. El malentendido que ocurre tras la borrachera genera una serie de problemas que ponen en aprietos al personaje de Infante.
¿Qué pasó anoche?, se preguntaron en esta escena, cuando los papás de Mané los encuentran juntos en la cama. Foto: Captura de pantalla
“Escuche usted a Pedro Infante cantando con más emoción que nunca. Pedro Infante como a usted le gusta verlo: alegre, simpático y sobre todo enamorado”, se lee en el cartel que anunciaba la película en las páginas de El Universal.
Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL
Pedro Infante fue travieso con Silvia Pinal
En su libro biográfico “Esta soy yo” , Silvia Pinal recuerda que Pedro Infante era muy bromista y un hombre divino, pero sobre todo, un excelente actor, con quien no sostuvo ningún romance.
“Era muy simpático, bromista y comelón...era divino. No fue mi novio, fuimos conocidos y luego amigos; lo traté bastante porque hicimos algunas películas juntos. Era educado, muy lindo y, sobre todo, era un actor sensacional, pero novios nunca, yo estaba interesada en otra persona”, confiesa.
Escena de "El inocente"
La actriz detalla que cuando Pedro la iba a buscar a su casa, su abuelita, que lo quería mucho, lo invitaba a comer mientras ella andaba de fiesta con Emilia Azcárraga en el restaurante Monte Casino , de la Zona Rosa.
“Pedro me buscó varias veces, pero yo no quería salir con él porque no me gustaba ir en moto, y él la adoraba. A veces me esperaba afuera de mi casa, pero yo siempre tenía compromisos , así que nunca estaba. Cuando le hablaba por teléfono a mi abuelita para saber cómo estaba todo en casa, ella me decía: ‘Hija, aquí está el señor Infante, esperándote. ¿Qué le digo?’ ‘¡Pues que se coma unos tacos , porque voy a llegar tardísimo y muy cansada’. Imagínate, mientras tanto yo de fiesta con mi amiga Gloria y su novio Felipe, quien más adelante fue su esposo, y Emilia Azcárraga en el restaurante Monte Casino , de la Zona Rosa. Recuerdo también que en algunas ocasiones hacíamos que Felipe lo llamara para disculparme, le decía: ‘Ay, señor Infante, qué gusto , figúrese que seguimos esperando a Silvia, no ha salido, sigue grabando’… ¡Mi abuelita lo adoraba, siempre lo invitaba a comer, y a él por supuesto le encantaba. ¿Y yo…? Nunca estaba en casa”, comenta.
"La pareja romántica del año", se leía en el cartel promocional del filme. Hemeroteca EL UNIVERSAL
En el libro, Pinal relata una travesura que le hizo Pedro Infante y que ocasionó que se tuviera que subir a la moto del actor para poder llegar a tiempo a una filmación.
“Como era muy bromista, habrá dicho: esta me la va a pagar, y se la pagué. Un día que salí con una amiga busqué mi auto y no lo encontré, era un Hilman Minx verde, tenía que llegar a los estudios a las 7, y ya eran las 6.30, estaba desesperada. Pedro, como ‘buen samaritano’, se hizo el aparecido. No me quedó más remedio que aceptar irme con él en moto… ¡Horror!, llegué con el cabello alborotado por el aire, ¡como de bruja! Luego me confesó que él había mandado a esconder mi auto y a quitarle las llantas, dejarlo sobre cuatro cajones, para que me fuera en su motocicleta. Te lo juro, fue la primera y última vez. Pedro fue un gran hombre y seguirá siendo siempre una de las grandes figuras que México ha tenido”, aseguró.
La pelícua fue todo un éxito, se recomendaba llevar a los niños a verla siempre y cuando hubieran pasado el año.
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