Antes de que el séptimo arte se cruzara en su camino, James Franco probó suerte durante una breve temporada como delincuente juvenil revendiendo a sus compañeros de clase la muestras de perfumes que robaba, un negocio que acabó demostrando ser muy rentable.
"Estamos hablando de cuando tenía 13 años. Era muy fácil llevarse las colonias: íbamos al centro comercial o a tiendas como Macy's, que tenían los frascos expuestos para que la gente los probara. Así que los tomábamos, y acabamos teniendo tantos que empezamos a venderlos desde los casilleros del gimnasio", ha recordado a su paso por el programa de James Corden.
Su implicación en las ventas era tal que el polifacético artista aún recuerda, incluso al día de hoy, cuáles eran las fragancias más populares: Davidoff, Davidoff Cool-Water, Dragar Noir o Eternity... son solo algunas de las que acertó a citar durante la conversación.
Sin embargo, el negocio fraudulento de James Franco acabó llegando a su fin cuando fueron descubiertos
"Nos descubrieron y armaron todo un revuelo al respecto: abrieron nuestros casilleros con palancas. Pero la cuestión es que nosotros nos habíamos marchado a Hawai para celebrar las vacaciones de Navidad en familia, ¡y mis amigos pensaron que me había fugado de la ciudad! Así que se colaron en mi casa para deshacerse de las pruebas, como si la policía fuera a registrarla para desmantelar a la banda que estaba revendiendo colonias", añadió divertido.
Dave Franco, el hermano pequeño del intérprete, director, poeta y pintor, que también estaba presente en la entrevista, no quiso quedarse atrás y también se animó a compartir alguna anécdota de su pasado de 'chico malo'. En su caso, sus amigos y él quemaron la habitación de su residencia universitaria al dejarse encendida una vela que habían comprado para tratar de contrarrestar el olor que reinaba siempre en el cuarto.
"La cuestión es que las velas no estaban permitidas en la residencia, y teníamos claro que estábamos jodidos. Al final se nos acercaron y nos dijeron: 'Bueno chicos, creemos que ha sido la batidora'. Y les respondimos 'Sí, sin duda'", recordó.
En ese momento, su hermano mayor aprovechó para recordarle amablemente que fue a él a quien le tocó correr con el coste de los desperfectos.
"Yo era el que le estaba pagando la universidad, como el hermano mayor que soy, y me tocó pagar por la habitación quemada", apuntó James, a lo que Dave le respondió rápidamente: "Pero te lo devolví".