Sophie Alexander Katz
ríe al narrar el día que, buscando mayor acercamiento con el adolescente que sería su hijo en la película "Blanco de verano" , acudieron al Museo del Papalote.
"En lugar de ver los juegos, él veía a las chicas", cuenta divertida, "pero eso alimentaba la relación de madre e hijo, que también se quería como amigos".
En la cinta que compite en el Festival Internacional de Morelia se relata la historia de Rodrigo (el debutante Adrián Rosi) cuyo mundo se ve modificado al llevar su mamá (Alexander-Katz) a su nuevo novio a casa (Fabián Corres).
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Es la ópera prima de Rodrigo Ruiz Patterson y producida por el Centro de Capacitación Cinematográfica, contando con el apoyo del extinto Foprocine.
"Se trata de ver cómo cambia la vida del niño después de eso, todo lo que hay en él, se transforma", señala el realizador.
"Hubo un ejercicio previo en el que con los tres actores en personaje nos subimos a un coche, nos fuimos a la carretera a Cuernavaca y a todos les daba ciertas acciones que debían hacer para poner conflicto, ellos sabían que no íbamos a llegar a nada, pero si buscar habitar a los personajes y darles su personalidad", agrega.
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"Blanco de verano" se rodó en una unidad habitacional, con casas de 60 metros cuadrados, en el Estado de México. Esto suponía también que se pudiera oir a pesar de las paredes y se metieran a la intimidad de los personajes.
En la pasada edición del certamen de Málaga, en España, logró los premios a Mejor Película Iberoamericana, Actor de Reparto y Guión. Su estreno comercial en México se espera en 2021.
"Como adulto, como adulta, suples faltantes emocionales y psicológicas con una criatura que traes al mundo, se vuelve un tema delicado, no por ellos tremendamente amoroso y a mi personaje se le ve la fractura que no alcanza a ver por si mismos", destaca la actriz.
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