Cine

Everardo tiende puentes

El realizador de documentales aceptó la invitación que le hizo la Academy of Motion Picture, Arts and Sciences

Actualmente retrata los desiertos del mundo. Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL
06/07/2018 |23:03
César Huerta Ortiz
reportero de la sección EspectáculosVer perfil

cesar.huerta@eluniversal.com.mx

Para el documentalista mexicano Everardo González, director de Los ladrones viejos y La libertad del diablo, la invitación que le hizo la Academy of Motion Picture, Arts and Sciences para formar parte de ella, es una oportunidad única.

“Es tender puentes en tiempos de muros”, señala.

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“Ojalá sea para el bien de muchos, no sólo de los invitados”, agrega el egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica.

La semana pasado Everardo junto con un puñado de mexicanos entre ellos los actores Daniel Giménez Cacho, Damián Alcázar y Eugenio Derbez recibieron invitación para integrarse a la Academia que anualmente entrega el premio Oscar.

El entrevistado ya aceptó, pero no deja de lado su trabajo.

Actualmente los desiertos del mundo como Namibia, Marruecos y Australia son retratados por su cámara.

El fotógrafo Alfredo de Stéfano lo llamó para que hiciera, inicialmente, un registro de su trabajo, que se fue transformando en lo que es.

“Estoy filmando por encargo, se ha derivado ahora en pequeños modos devida en el desierto; además la experiencia ha sido divertida: estar un mes con los nómadas de Mongolia, visitar el Sahara, asistir a los lugres donde guardan los camellos para las carreras, filmar bodas beréberes (Marruecos) no sé cómo quedará aún, pero ha sido todo un proceso”, comenta González.

Animal de Luz (La jaula de oro) también forma parte del proyecto.

El más reciente documental de González fue La libertad del diablo, conformado con entrevistas a narcos, víctimas, militares y sicarios, todos enmascarados, hablando del problema de insegurida y violencia en México.

Permaneció dos meses en la cartelera capitalina, contabilizando hasta el momento siete premios entre ellos el Fénix a Mejor Documental Iberoamericano, los conseguidos en Berlin y Guadalajara y el de la categoría en el Ariel nacional.

Sigue en salas del interior de la República donde, comenta, no ha sido fácil, pues en Reynosa hubo grupos organizados para que el público saliera de las salas exhibidoras.

“Creo que los documentales es una contribución a la formación de públicos, para que entienda que el cine puede dar otra cosa y no sólo entretenimiento en centros comerciales”, considera González.

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