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Cineasta al fin, Felipe Cazals tiene una teoría sobre los más de 300 cadáveres descubiertos en dos contenedores que circularon por calles jaliscienses a mediados de septiembre.
“Tengo la impresión que estos últimos cientos de muertos son los que sabían de las víctimas anteriores y que ya no eran útiles. Hipótesis gratuita, de acuerdo, sí, pero muertos también están”, dice.
Cazals es conocido por sus películas basadas en hechos reales y cuyos guiones requerían de investigación por meses. Si para Canoa, la cinta que retrata un linchamiento de trabajadores universitarios, vio cómo el cura acusado cortó cartucho frente a él, para Las Poquinchis leyó decenas de notas alusivas a las hermanas que reclutaban jovencitas para prostituirlas.
“En mis tiempos accionamos como pudimos: unos en cine, otros en otra área, pero no permanecimos estáticos ante la realidad que veíamos, ni melancólicos, ni tuvimos esta actitud terrible de ‘ni modo, así es esto’”, recuerda el realizador de 81 años.
Y así espera que sea el próximo sexenio. Con una sociedad participativa y un gobierno que entienda el problema que vive México.
No dice por quien votó, pero sí que no lo hizo por PRI o PAN.
“Que 52% vote por un solo candidato me parece, por primera vez en este país, algo asombroso, pero es un reformista el presidente electo, se puede esperar mucho del México que va a vivir con él.
“Hablar del campo mexicano es hablar de algo que persiste en una lejanía donde se come una o dos veces al día y son 30 millones de ellos y que, si no han emigrado a EU, es porque sus familias sí y gracias a ese dinero que hace suma increíble, vive este país”, indica el realizador.
“Hay que esperar mucho, pero no sentados, no ver qué hace el presidente electo y creo, por fortuna, los jóvenes accionan con espíritu solidario”, considera Cazals.
A nivel gubernamental, la situación para Andrés Manuel López Obrador es complicada.
“Acomodar 150 o 300 cadáveres (en los camiones) que anteayer eran seres vivos, es muestra del poder de quienes van a compartir este país en los próximos años.
“Estamos frente a algo que va mucho más allá que el crimen organizado, aquí hay un germen de demencia, de una gravedad que no se va combatir con un pelotón de verdes o la policía municipal o el mando único; lo lamentable de la administración de Peña Nieto es no haber visto la dimensión de lo que tenía enfrente, es decir, combatieron con lo que se tenía habitualmente, pero se trataba de algo más complejo y grave, y más calculado, y esa es una pregunta para la siguiente administración”.
Con el cine
Cazals saluda la determinación de nombrar a la realizadora María Novaro (Danzón) al frente del Imcine, pero le habría gustado más que fuera el empresario Carlos Slim.
Sabe que es una barbaridad su idea, pero argumenta:
“Se necesita alguien que venda, no alguien que sabe de cine; alguien que sabe de mercadotecnia porque el asunto es que Imcine logre colocar lo que produce, no (sólo) en festivales, porque hay más festivales que películas. María es una productora, una cineasta respetable, no tengo nada contra ella”, aclara.
Advierte que debe cambiarse las manera en que se dan los estímulos fiscales. Actualmente una empresa puede destinar parte de su Impuesto Sobre la Renta a la producción de cintas, pero sólo las que les interesan, siendo principalmente comedias.
“Cuando todos pagamos nuestros impuestos no decimos qué queremos que vaya en lo desayunos infantiles ni de qué color deben estar las camas de los hospitales del Estado”, expresa.
Eso sí, en todo caso, ser más riguroso en los guiones a producir con fondos estatales.
“Hay que bajar los costos todavía más y que se vendan las películas, porque los chavos quieren ir al cine, que no me digan lo contrario porque yo lo he visto y no se puede desperdiciar al espectador.
“El nuevo cineasta no debe olvidar que el contenido de sus historias tiene que ser visto por el público, si se olvida del público, está perdido. Y no estoy hablando de hacer cine comercial, de eso no, para nada, sino de que los cineastas no trabajan para su satisfacción personal sino de quienes están sentados durante 90 minutos en una sala”, concluye.