John Carpenter ha aterrorizado a millones de espectadores. Sus películas de miedo son legendarias y los gritos de una joven Jamie Lee Curtis en Halloween (1978) siguen poniendo los pelos de punta.
Nacido en 1948 en Carthage (Nueva York), el director tiene otro gran amor aparte del cine: la música. Y apunto de cumplir los 70 años (el 16 de enero), está componiendo la banda sonora de la secuela de Halloween, cuya dirección ha asumido David Gordon Green. En entrevista, el cineasta repasa su obra y su trabajo.
Este año tiene dos grandes conmemoraciones: su 70 cumpleaños y el 40 aniversario de la película Halloween. ¿Cuál es para usted más importantes?
Eso lo tendría que pensar. Lo más importante es mi cumpleaños, pues nunca pensé que llegaría tan lejos. ¿De verdad Halloween tiene 40 años? Es cierto. Increíble. ¡Fantástico!
Hace unos meses publicaron un álbum con la música de sus películas y usted también salió de gira para dar conciertos. ¿Cómo se hizo usted músico?
Mi padre fue músico y crecí escuchando música clásica. Yo tocaba el piano y la guitarra y mi padre quería enseñarme también el violín, pero no tenía talento para ello (ríe). Mi primer amor fue el cine, pero después vino la música.
Halloween, de 1978, se convirtió en una gran película de culto. ¿Cómo fue la experiencia hace 40 años, cuando la estrenó?
Entonces era una película de terror pequeña y barata, era una producción independiente que sólo se estrenó en Los Ángeles; después llegó poco a poco a otros cines. Las primeras críticas fueron terribles (ríe), odiaron la película. Pero en Nueva York hicieron nuevas reseñas y les pareció buena. De repente comenzó el boca a boca.
¿Qué le parecen las películas de terror de hoy?
Halloween ingresó en el archivo de cine del Gobierno de Estados Unidos (National Film Registry). Allí se conservan las películas que se consideran buenas y de eso me siento orgulloso. Este película de terror sentó las bases de mi carrera.
Sus películas de terror cuentan con fans en todo el mundo...
Las películas de miedo siempre gustaron, incluso en los inicios del cine. Eso se debe que son universales. El humor no se entiende igual en todos los círculos culturales, pero cuando un gran monstruo entra en una habitación, cualquiera, sea de la parte del mundo que sea, tiene miedo.