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Luis Mandoki siempre ha estado cerca de Andrés Manuel López Obrador y no lo oculta.
El realizador, que ha dirigido a Charlize Theron (Atrapada), Andy García (Cuando un hombre ama a una mujer) y Jennifer Lopez (Mirada de ángel), fue también hacedor de un documental sobre el político tabasqueño llamado ¿Quién es el señor López? (2006), donde trataba de mostrarlo lejos de la imagen anárquica y violenta de la que se le acusaba.
Un año después estuvo tras el documental Fraude: México 2006 y siempre se lo vio apoyando al presidente electo.
En las pasadas elecciones federales, fue uno de los más felices al saber el resultado oficial. Y contrario a muchos, confía en que Manuel Barlett, ex priísta, quien se hará cargo de la Comisión Federal de Electricidad, haga un buen papel. Y hace votos para que se le dé un voto positivo a la nueva administración.
¿Qué se debe exigir al nuevo gobierno?
Llevamos décadas viviendo sin exigir nada al gobierno porque no hemos sentido que hay uno al que le importe México. Creo en este momento es más bien de cómo me exijo yo apoyar para que el potencial que tiene nuestro país vuele.
Hay muchas expectativas y estas siempre son mucho más altas que las posibilidades. Este gobierno va a hacer todo lo que pueda dentro de lo que es humanamente posible, pero muchas veces somos pasivos como sociedad civil y exigimos pero no pensamos qué nos toca dar y participar en esta transformación del país.
¿Qué se debe hacer desde la sociedad civil?
De entrada ¿por qué la actitud negativa de que haya cuentas malas? ¡Gobernar no es fácil! Lo entiendo como director de cine cuando estás a cargo de una producción y que es un universo pequeño comparado con un país. Ahora hay un gobierno que quiere la inclusión, que no nos está sacando de la jugada, sino que nos necesita. Es tiempo de soñar y crear.
¿En algún momento sentiste algo negativo hacia tu carrera por apoyar abiertamente a AMLO?
Digamos que fue toda una época en la que apoyar a López Obrador no era bueno: se te cuestionaba mucho y yo veo que a mucha gente le sorprende el cambio de discurso de él, que ahora es más conciliador. Había mucho temor, incluso, de que el dólar se iba a 25 o a 30 pesos y lo que ha pasado es al contrario. Lo conozco bien y sé que es una persona que ama a México pero también responsable y sensato.
¿Cómo ver la presencia de Barlett en un cargo importante?
Como es un cambio grande y hay tanta expectativa, siempre van a haber los que van a estar buscando la falla o lo que no está bien. Creo que hay que dar un voto de confianza, no ciego, pero sí de confianza, de no nada más buscar la crítica por la crítica, sino que debemos ver qué hace esta persona y después hablar.
Varios te veían al frente del Imcine por tu cercanía con López Obrador ¿te lo ofrecieron?, ¿cómo ves a María Novaro al frente ahora del Instituto?
A María la conozco poco, pero la veo bien y la verdad es que para mí gente como ella, que tome esa función, esa responsabilidad, es muy valioso. Para mí no es mi vocación ser funcionario, porque si lo hago es dejar de hacer lo que es mi pasión y no es que no lo pudiera o quisiera hacer, pero en los años que me queden de vida quiero seguir haciéndolo y no administrándolo nacionalmente.
¿Te pidieron opinión de quién pudiera ser?
Sinceramente se me ha invitado a participar, no quiero decir exactamente dónde, pero no soy una gente que funcione dentro de una oficina y voy a apoyar desde mi trinchera, que es la de un cineasta.
¿Vas a hacer un nuevo documental sobre su triunfo o capítulo cerrado?
No lo cerré, pero ahorita estoy metido en mis guiones y en hacer mi próxima película.
¿Hay que seguir buscando que el cine mexicano salga del TLC?
Sí se necesita apoyar al cine mexicano, pero también, y es difícil decirlo, no puede apoyarse a un cine que no tenga calidad. Por ejemplo, con el artículo 189 (de la ley del Impuesto Sobre la Renta) me parece muy bien haya esos incentivos, pero luego se utilizan no para hacer una película de calidad, sino para que los productores a veces lucren con ese dinero. Entonces no le puedes pedir a un exhibidor que exhiba un cine que a la gente no le guste o que vea pocas personas.
Desde que empecé he dicho que para que el cine mexicano crezca necesita hacer un cine universal, que le interese al espectador de todo el mundo y así surgió Gaby: una historia verdadera (1987) y terminé siendo el primer director de cine que tuvo que irse a Hollywood porque aquí no había posibilidades.
Ahora veo que hay muchísimas películas que están siendo muy comerciales de comedia, pero no nada más se está haciendo eso y precisamente lo que debemos apoyar es que los guiones funcionen.